¿ES EL CONCILIO VATICANO II CULPABLE
 DE LOS MALES ACTUALES DE LA IGLESIA?

Padre Jordi Rivero, 2004

Hemos recibido la siguiente carta a la que damos respuesta.

Queridos amigos
Como a millones de personas en el mundo, me preocupa lo que ocurre en la Iglesia por los malos frutos del Concilio Vaticano II: Iglesias sin sacerdotes, Iglesias cerradas, misas irreverentes, la perdida de la familia.

Estoy, como muchos católicos, deseando un retorno a la Iglesia de antes porque no me gusta la Iglesia moderna.  Después de todo fue la Iglesia antigua la que nos dio santos como Sta. Teresita de Jesús.

RESPUESTA

Estimada en Cristo....:
Comparto sus preocupaciones por los males que sufre la Iglesia, pero es un gran error culpar al Concilio Vaticano II.  

Un Concilio Ecuménico es siempre obra del Espíritu Santo, aun cuando en el mismo haya habido grandes batallas y algunas proclamas que nos disgusten.  Así también ocurrió en los otros grandes concilios anteriores. El Señor prometió guiar a Su Iglesia hasta el final y sus promesas se cumplen.  Es fundamental en nuestra fe creer que esa guía se manifiesta de manera eminente por medio de los concilios y la dirección del Santo Padre.  Ambas son expresiones del magisterio de la Iglesia.

No podemos crear la dicotomía de dos Iglesias, una pre y otra post Concilio. Esa actitud es tomada por algunos que se consideran "tradicionalistas" como también por algunos "progresistas".  Pero en realidad hay una sola Iglesia que peregrina guiada por el mismo Espíritu Santo.  El mismo Espíritu que guiaba a los Papas antes del Concilio guía ahora a nuestro Papa. Por eso tan errados están los que descartan el magisterio pre-conciliar como el pos-conciliar. 

Si decimos que el Concilio Vaticano II estuvo errado, entonces ciertamente Juan Pablo II también hubiese estado errado ya que él siempre insistió que su misión era implementar dicho Concilio.  Al pensar así estaríamos negando nuestra fe católica para confiar más bien en nuestra opinión personal, afectada como esta por nuestra condición pecadora. 

Quien crea que el Concilio y el Papa están fundamentalmente errados y que la Iglesia actual es otra y no la Católica, ha naufragado en su fe.  Cree entonces en una Iglesia que no existe, una Iglesia que se extinguió hace más de 30 años.  Pero la verdad es otra.  La Iglesia está viva, aunque en grandes batallas.  La única Iglesia es la real, la que dirige el Papa actual.

Es injusto culpar al Concilio o al Papa por los males contemporáneos.  Sería como culpar a la Virgen de Fátima por la Segunda Guerra Mundial. Más bien, el Concilio y el Papa son los medios que Dios nos ha dado para la batalla.  Dios sabía los tiempos que venían por la furia del demonio que, utilizando las filosofías ateas y materialistas del mundo, ataca a la Iglesia. Precisamente por eso Dios nos quiso preparar con el Concilio Vaticano II y los maravillosos Papas de este siglo, especialmente Juan Pablo II.  Gracias a estos auxilios estamos mucho mejor preparados para la lucha. 

La verdadera crisis de la Iglesia es por la rebelión contra Dios de muchos, lamentablemente, y sin ningún fundamento, apelan al Concilio, manipulándolo y sacando enseñanzas de contexto o simplemente achacándole cosas que jamás el Concilio enseñó.  Los abusos que comenten contrarían la verdadera intención del mismo.  Estos no han abierto el corazón a su auténtica enseñanza. No vivimos en una Iglesia "moderna", una Iglesia que se confabula con el mundo. Pero sí es cierto que muchos, muchísimos católicos han caído en ese error.

Sí la Iglesia nos dio santos antes del Concilio. También los está dando hoy día. Uno de ellos,  en mi parecer, es Su Santidad Juan Pablo II

 

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