Juan Pablo II

EL PAPA Y SUS VIAJES

Algunos se quejan: ¿por qué tantos viajes?

Para el cristiano, la respuesta debería ser evidente: El mundo necesita escuchar la Palabra de Dios que es la esperanza de la humanidad. Pero muchos no comprenden al Papa porque no comprenden el Evangelio. El Papa es el Vicario de Cristo y le tratamos como tratamos a Cristo.


"Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios,
a los que creen en su nombre"
(Juan 1,11-12)

Es conmovedor ver al Papa que, a pesar de su edad y de su pobre condición física, soporta agendas tan difíciles, condiciones extremas de clima, graves peligros a su seguridad, todo para llevar la Palabra a todos los pueblos, lenguas, culturas, religiones y mentalidades. Es asombrosa la sabiduría y la caridad que para todos manifiesta. Que pena algunos no ven. Solo se fijan en sus achaques físicos para crear rumores sobre su futuro. Miran su debilidad externa pero no ven la sabiduría de su mente ni el amor de su corazón.

Para entender esta paradoja hay que referirse al Evangelio. A Jesús tampoco lo comprendían. Los que El escogió como apóstoles también fallaron por aferrarse a sus propias ideas sobre como debía ser el Mesías. Una de las consecuencias del pecado es el endurecimiento del oído ante el Señor. No escuchamos porque tenemos nuestra propia agenda.

Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo de
Yahveh  (Isaías 55,8)

Para hacer recto y claro sl camino, Jesús instituyó una cabeza visible que le representara. Es Cristo quien, a través del Papa, nos proclama la Verdad con voz profética y no como cada uno la quiera ajustar a su gusto. Por eso, nuestra verdadera actitud hacia Cristo se manifiesta en nuestra actitud hacia su vicario en la tierra. Aun en los peores pontificados de la historia, a pesar de los malos ejemplos de algunos Papas, ninguno jamás promulgó error alguno de doctrina o moral.

Siempre ha sido verdad lo que dijo Jesús:

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a
vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado.» Lucas 10,16

Hoy, que tenemos un Papa tan santo como lo es Juan Pablo II, no solo descubrimos en sus enseñanzas las palabras de Jesús sino también en su heroico testimonio de vida. En estos tiempos de crisis, Cristo ha querido hablarnos con el ejemplo vivo su Vicario en la tierra.

¿Por que el Papa viaja tanto? Viaja para cumplir el mandato de Jesús de ir a todos los pueblos, hasta los confines de la tierra. La Palabra de Dios necesita una voz y la mas ungida y poderosa es la del Papa. Se escucha hoy día con la debilidad propia de un anciano pero en esa debilidad humana se manifiesta mas que nunca el poder de Dios. Cuando ya San Pedro no contaba con sus recursos humanos, se reunió con María y los otros a rezar, y  Dios derramó su Espíritu. Fue entonces que su proclamación de la Palabra manifestó el poder de Dios y dio fruto.  

Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se
les unieron unas 3.000 almas. -Hechos 2, 41

¡Se convirtieron 3000 de una vez! ¡La Palabra tiene un poder especial del Espíritu Santo cuando la proclama el Papa!   

El Papa viaja porque el Espíritu lo impulsa. Es el Papa de todos. Va como padre, pastor, maestro y peregrino... va como Papa de la Iglesia Católica, vicario de Cristo, a un mundo hambriento de Dios. Va porque sabe que así millones escucharán la Palabra que da vida, única esperanza de la humanidad. ¡Y así ocurre! 

He estado muchas veces entre la multitud que recibe al Papa en diversos países y soy testigo del poderoso impacto de su presencia. Dios se vale de el para llevar el evangelio con la fuerza del Espíritu. He visto la eficacia de la Palabra en pequeños y grandes. El gozo y la claridad de escuchar la verdad en esas grandes asambleas es una experiencia liberadora. La presencia del Papa celebrando la Santa Misa con cientos de miles de fieles (a veces han sido mas de un millón, sin contar los millones que se unen en TV) es un evento poderoso de gracia que manifiesta la gloria de Dios y fortalece la fe.

Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos. -Mateo 18,20

¿Se podrán medir los frutos permanentes? ¿Donde estaría el mundo si no fuese por este Papa polaco, el Papa de la Virgen? Solo Dios sabe. Pero es evidente, para los que tienen ojos de fe, que en todas partes que el visita se derrama la gracia y se abren puertas a la esperanza.

Me preguntan: ¿Porque tantos viajes papales? Debería quedarse a resolver los problemas de la Iglesia.   

Yo respondo: ¿Acaso el Papa no ha enfrentado los problemas con extraordinario valor?, ¿Acaso no han sido ilustres y precisas sus enseñanzas de buen pastor en todos los aspectos tocan la doctrina y la moral? Quizás quienes critican los viajes se olvidan que ni un Papa de la gigante estatura de Juan Pablo II puede resolver los problemas de la Iglesia. Cristo tampoco cambió los corazones cerrados de los fariseos.

El Papa no ha querido quedarse en su oficina mientras el mundo se desmorona ante el egoísmo y la muerte por falta de la Palabra. El va a buscar las ovejas en el aprisco y lo hace con gran valentía y entrega, pues sabe muy bien cual es su misión, aunque le costase la vida. Lo critican, cosa normal en este mundo. En todo caso, estoy seguro que, de haberse quedado en Roma, también le criticarían por ello.

Este no es un Papa que se deje afectar por las críticas y las adversidades. Toda su vida ha luchado valientemente por Cristo donde otros se hubieran contentado con sobrevivir. Ha vivido pobreza, guerras, nazismo, comunismo y siempre actuó como un valiente testigo de Cristo. Hoy, como Papa, vive las luchas del mundo y de la Iglesia. Siempre ha estado en el ojo de la tormenta, ha sido probado como oro en el crisol y ha demostrado ser oro puro. Sí el Papa esta débil y su cuerpo muy cansado, pero su corazón hoy es mas elocuente que nunca.

Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las
necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por
Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy
fuerte. II Corintios 12,10

Quiero decirle a nuestro querido Papa: "¡Gracias!. Cuenta con nosotros Juan Pablo II, te amamos y nos comprometemos a seguir tus huellas, somos uno contigo y así uno con Jesucristo" 
  

-Padre Jordi Rivero


Presento algunos testimonios, frutos de un solo día (23 mayo, 2002) de visita Papal, en que recorrió dos países: Bulgaria y Azerbaiyán. Nos deben hacer pensar. Mientras muchos católicos no saben apreciar el don del Papado, otros lo están descubriendo.

El Papa no se olvida de nadie. Quiso visitar aquellos que tanto han sufrido por el comunismo. Su presencia ha sido un testimonio de amor que ha movido muchos corazones.

Eldar Guliev: El director de cine más famoso y más apreciado en Azerbaiyán. «Siempre deseé encontrarme con Juan Pablo II. ...Ha nacido y vivido en un país comunista, por tanto entiende bien los problemas de Azerbaiyán... Por aquí (Bakú) pasaba la Ruta de la Seda, era un punto de encuentro entre Este y Oeste». ¿Y hoy? «Durante 25 horas, hemos vuelto a ser lo que éramos. Gracias al pontífice».

Presidente de Bulgaria, Georgi Parvanov (ex-comunista)  «El Papa favorecerá la unidad entre las Iglesias» "Apreciamos mucho la figura de Juan Pablo II, su empeño en favor de la paz y su papel en el proceso de unificación de Europa. Durante esta visita, será rodeado del respeto y la estima no sólo de los diversos representantes religiosos sino del todo el pueblo búlgaro" "Considero muy significativo que el Papa llegue aquí durante la fiesta nacional de los santos Cirilo y Metodio, proclamados patronos de Europa por el mismo Juan Pablo II. Quiero recordar que Bulgaria no sólo ha dado hospitalidad a estos dos grandes monjes sino que ha sabido transformar su obra en una realidad política concreta, fuente de divulgación del cristianismo en el mundo eslavo. Es una herencia que todavía hoy nos llena de gran orgullo.

Bulgaria

SOFÍA, 23 mayo 2002 (ZENIT.org).-
...Allí le esperaban todos los más elevados representantes políticos y religiosos del país, en particular -- y esta fue una de las sorpresas más comentadas--, el anciano patriarca ortodoxo Maxim, que en el pasado no había sido favorable a la visita pontificia.

El joven presidente Georgi Parvanov, ex comunista y líder socialista (esto ya no es una sorpresa hoy día), fue el encargado de dar la bienvenida al pontífice, en nombre de los casi ocho millones de habitantes del país, para reconocer en un espontáneo discurso la importancia histórica de la visita pontificia para la unidad europea.

Entre los presentes, cabe destacar la presencia del ex rey Simeón Simeón Saxo-Coburgo Gotha, actual primer ministro, así como representantes de la comunidades protestante, islámica y judía de este país, en el que los católicos son 80 mil, 30 mil de rito oriental.

La otra gran sorpresa la ofreció el Papa. Conmovido por las nostálgicas melodías folclóricas que en varios momentos dominaban el ambiente y por el calor de las cinco mil personas presentes en la plaza --en buena parte jóvenes--, improvisó algunas palabras de agradecimiento.

Tocó las cuerdas de la nostalgia búlgara con palabras que sólo los ciudadanos de ese país podían entender: «A todos os digo que en ninguna circunstancia he dejado de amar al pueblo búlgaro».

Eran una velada referencia al atentado del 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano, que según algunas fuentes fue organizado con la colaboración de los servicios secretos de la Bulgaria comunista.

«La pista búlgara ha sido olvidada desde hace tiempo, y aunque hubiera existido, ha sido perdonada», declaró recientemente al diario búlgaro «Troud» monseñor Pedro López Quintana, responsable de los Asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.

El reconocimiento de la riqueza espiritual de este país, que a pesar de la persecución comunista es en su 85,7 % ortodoxo, fue otro de los temas que tocó el pontífice en su discurso y que conquistaron a los presentes. (La visita no ha concluido: Este viernes, el Papa, tras encontrarse con el Santo Sínodo Ortodoxo, se reunirá con unos 4.500 intelectuales y miembros de la sociedad civil, a quienes se debe en buena parte el que el obispo de Roma haya podido venir a estas tierras ortodoxas. También ese día se celebra la fiesta de los santos Cirilo y Metodio, y el Papa ofrecerá un homenaje floreal en la plaza de la catedral ortodoxa de San Alexander Nevski de Sofía, y visitadespués en su sede al patriarca Maxim y al Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa búlgara).

El discurso papal, recibió muchos aplausos cuando afrontó el tema político más sentido en el país: «Expreso el deseo de que el esfuerzo de renovación social emprendido con valentía por Bulgaria encuentre la acogida inteligente y el apoyo generoso de la Unión Europea».

El papa en Bulgaria rindió el tributo «de toda la Iglesia universal a cuantos supieron mantenerse fieles a los compromisos derivados del bautismo» 

«Vosotros, queridos hermanos y hermanas --añadió--, habéis visto vuestra religión ridiculizada como fácil superstición, presentada como un intento de huir de las responsabilidades del compromiso en la historia. Por este motivo, habéis sido considerados como ciudadanos de segunda clase y habéis sido humillados y marginados de muchas maneras».

El mismo día el Papa, viejo y cansado, sí, pero lleno de fuerza en el Espíritu Santo, visita Azerbaiyán.   Dios nos da otra lección sobre la importancia de las visitas de nuestro Santo Padre:

"Tras la visita del Papa, los católicos tendrán una iglesia en Bakú"


BAKÚ, 23 mayo 2002 (ZENIT.org).- El fruto más evidente de la visita de Juan Pablo II a  que concluyó este jueves, será una iglesia para los menos de doscientos católicos del país.

La iglesia católica de Bakú fue destruida por Stalin en los años treinta del siglo XX. Ahora, el presidente ex comunista Heider Aliev, al concluir la visita, donó al Santo Padre un terreno en el centro de Bakú para la construcción de una iglesia católica.

El padre salesiano Vladimir Feteke, uno de los organizadores del viaje del Papa, ha declarado a la agencia misionera Fides: «Juan Pablo II ha dado una inmensa alegría a la pequeña comunidad católica. Durante la Santa Misa celebrada por el Papa, hemos improvisado la bendición de la primera piedra de la nueva iglesia. Estamos encantados: tendremos la primera nueva iglesia de Azerbaiyán».

«Es un milagro --dice el padre Vladimir--. ¡Un auténtico milagro! Setenta años de vacío moral y espiritual dejado por el comunismo no han apagado la sed de Dios. Por eso, toda la población de Azerbaiyán ha seguido con gran interés la visita del Papa».

Sí. Es un milagro. Y le pido a Dios otro milagro: que seamos capaces de alabar a Dios por sus milagros y darle gracias por su providencia al darnos a Juan Pablo II.

Padre Jordi Rivero
 

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