Los Salmos

El libro de los salmos contiene 150 salmos divididos en cinco libros.

El número de los salmos

El Salterio actual es el resultado de una larga trayectoria y en el principio eran colecciones parciales. El Salterio se dividió, a imitación del Pentateuco, en cinco libros que fueron separados por breves doxologías. La forma actual canónica con sus 150 Salmos, se impuso muy tarde. El Salterio griego, por ejemplo, cuenta con 151 salmos, la antigua versión Siriaca, con 155. 

La Biblia hebrea contiene 150 salmos. Hay menos salmos en algunos manuscritos y la Septuagésima (Codd. Sinaiticus, Vaticanus y Alexandrinus) tiene 151, pero expresamente señala que el último salmo no es canónico. La Biblia Vulgata (obra de San Jerónimo y primera traducción al latín) sigue la numeración de la Septuagésima pero omite el salmo 151. 

La pérdida de la forma original de algunos salmos se debe, según la Comisión litúrgica (1 de mayo 1910) al la pérdida del sentido poético de los salmos , al uso litúrgico (estos dos factores causaron que algunos salmos se dividan o empaten), al descuido de los escribanos y otras causas. Cada numeración tiene sus méritos y defectos.  Por ejemplo, los salmos 9 y 10 eran originalmente un solo poema que, por error, se hizo dos salmos en el manuscrito de Massorah, error que fue corregido por la traducción de la Septuagésima y la Vulgata. Por otra parte, el salmo 144 (145) está compuesto de dos cánticos (versos 1-11 y 12-15).  

Las diferencias de numeración entre los textos hebreos y la Vulgata se muestran en la siguiente tabla:

Hebrea Septuagésima y Vulgata
1-8
 9
10-112
113                
114-115
116-145
146-147
148-150
1-8
9-10 
11-113
114-115
116 
117-146
147
148-150

En muchas Biblias Católicas ponen las dos numeraciones, La Biblia de Jerusalén sigue la numeración de la Septuagésima con la numeración hebrea en paréntesis.  


Imprecatorios, Salmos
Los que pronuncia el salmista como maldición sobre los enemigos de Dios y de su Pueblo. Por ejemplo, Salmo 109,12-13.

Estas imprecaciones son una expresión ardiente de la mente oriental, escritas por inspiración divina. Son profesías que advierten que Dios castigará a los malvados que resisten su Voluntad.


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