MUJER Y VARÓN, COMPLEMENTARIDAD

Parte esencial de la redención es la restauración de lo que Dios Padre quiso fueran las relaciones entre mujeres y hombres.

El Papa Francisco, 15, junio, 2018, condenó toda forma de abuso de la mujer pero fue más lejos. Dijo: “un hombre sin una mujer junto a él – sea una madre, una hermana, una esposa, una compañera de trabajo, una amiga – ese hombre solo no es la imagen de Dios.” Zenit lo traduce así "las mujeres son precisamente “aquello que falta a todos los hombres para ser imagen y semejanza de Dios”. https://es.zenit.org/articles/santa-marta-jesus-dignifica-a-la-mujer-y-la-pone-al-mismo-nivel-que-el-hombre/

Esto significa que un hombre no es hombre hasta que sea capaz de amar y ser amado por las mujeres en su vida. Igualmente la mujer necesita del hombre. Pero el amor que necesitamos dar y recibir es el amor de Dios, el amor de Cristo crucificado y no el que da el mundo que no es amor sino egoísmo y nos ha llevado a la ruina.
Ver Jn 15:9. Jn 14:27.

Papa Francisco (Catequesis, audiencia general, 15 de abril de 2015) w2.vatican.va

La experiencia nos lo enseña: para conocerse bien y crecer armónicamente el ser humano necesita de la reciprocidad entre hombre y mujer. Cuando esto no se da, se ven las consecuencias.

Estamos hechos para escucharnos y ayudarnos mutuamente. Podemos decir que sin el enriquecimiento recíproco en esta relación, en el pensamiento y en la acción, en los afectos y en el trabajo, incluso en la fe, los dos no pueden ni siquiera comprender en profundidad lo que significa ser hombre y mujer.

[...] Es indudable que debemos hacer mucho más en favor de la mujer, si queremos volver a dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres.

Es necesario, en efecto, que la mujer no sólo sea más escuchada, sino que su voz tenga un peso real, una autoridad reconocida, en la sociedad y en la Iglesia.

El modo mismo con el que Jesús consideró a la mujer en un contexto menos favorable que el nuestro, porque en esos tiempos la mujer estaba precisamente en segundo lugar, y Jesús la trató de una forma que da una luz potente, que ilumina una senda que conduce lejos, de la cual hemos recorrido sólo un trocito.

No hemos comprendido aún en profundidad cuáles son las cosas que nos puede dar el genio femenino, las cosas que la mujer puede dar a la sociedad y también a nosotros: la mujer sabe ver las cosas con otros ojos que completan el pensamiento de los hombres. Es un camino por recorrer con más creatividad y audacia-

[...] La tierra se colma de armonía y de confianza cuando la alianza entre hombre y mujer se vive bien. Y si el hombre y la mujer la buscan juntos entre ellos y con Dios, sin lugar a dudas la encontrarán. Jesús nos alienta explícitamente a testimoniar esta belleza, que es la imagen de Dios. (Catequesis, audiencia general, 15 de abril de 2015)

 



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