PREDESTINACION
 (Etim. Latín praedestinatio, determinar de antemano)

En el sentido mas amplio, predestinación se refiere a toda decisión eterna de Dios.
En el sentido mas estricto, es la decisión eterna de Dios de llevar al cielo a ciertas criaturas. La predestinación implica que Dios tiene conocimiento previo y además un acto de su voluntad: predestinar.

Según su eficacia en el tiempo, la predestinación puede ser incompleta o completa, según si es predestinación solo a la gracia (incompleta) o si es predestinación a la gracia y la gloria (completa).

El magisterio ordinario y universal de la Iglesia propone la doctrina de predestinación completa como verdad revelada. El siguiente pasaje de San Pablo contiene todos los elementos de la predestinación completa: La actividad de la mente y la voluntad de Dios y las etapas principales de su realización en el tiempo.

Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó. -Romanos 8:29-30

La principal dificultad con la doctrina de la predestinación está en si Dios tomó o no su decisión eterna tomando en cuenta la libertad humana. La doctrina católica enseña que SI y que por lo tanto la predestinación NO NIEGA LA VOLUNTAD HUMANA. El hombre es libre para elegir.

Algunas iglesias protestantes creen que por causa de la predestinación , el hombre no tiene libertad de voluntad para decidir su salvación. 

Hay varias teorías que tratan de explicar como la voluntad divina y la voluntad humana pueden operar juntas, pero todas reconocen, como San Pablo (Romanos 11:33), que la predestinación es un misterio.

La clave sobre la doctrina de la predestinación se encuentra en el Catecismo: 

600   Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia.

Lo que Dios ha preparado y quiere para cada uno de nosotros toma en cuenta cómo usamos nuestra libertad para o bien responderle o rechazarle. El conocimiento previo de Dios no nos priva de nuestra libertad.

La Iglesia enseña que, salvo en casos de revelación especial, nadie puede saber con certeza si pertenece a los elegidos para ir al cielo.  Pero si sabemos que Dios nos ama infinitamente y lo demostró enviando a su Hijo para salvarnos. Dios quiere que todos se salven. Jesús busca a todo pecador. Pero somos libres de rechazarle.

Aún el rechazo, aunque es un acto libre del hombre, entra en los planes divinos. Dios siempre otorga la gracia de la conversión a los pecadores y los pecadores son libres para recibirla o rechazarla.

Dios hizo al hombre libre aunque sabe de antemano como cada persona utilizará la libertad.


siervas_logo_color.jpg (14049 bytes)
Regreso a la página principal
www.catolico.org
Amor meus crucifixus est