SERVIR como Jesús
Padre Jordi Rivero

Ver también Trabajo.

Jesús es el maestro que nos enseña a servir. El cristiano no se puede conformar con servir a su manera o dar el tiempo que le sobra. El cristiano es discípulo de Cristo, obediente EN TODO a su Padre. Su vida es todo servicio porque es todo amor. El reina sirviendo.

"Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado." -Juan 5,30

"De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer." -Lucas 17,10

El servicio no es esclavitud porque quien ama es feliz de poder servir. El cristiano sirve con alegría. Sirviendo ejercemos nuestra identidad mas profunda. Somos hijos de Dios, imagen de su amor. Al servir ejercemos creativamente todos los dones y habilidades que Dios nos dio. Construimos el reino de amor. 

Jesús vivió 30 años de vida anónima en Nazaret como carpintero. Así nos enseñó que los trabajos de la vida diaria, aun los mas pequeños, hechos con amor esmerado, tienen un valor inmenso en los ojos de Dios.

Jesús no vino para ser servido sino para servir, El lavó los pies a sus discípulos, lo cual era un servicio reservado para los esclavos mas humildes. Si somos sus discípulos debemos imitarle.

Aprendemos a servir contemplando la vida de Jesús y escuchándolo en la oración. No se trata solo de rezar a nuestra manera sino de escuchar a Dios. Cuando oramos solemos hablar demasiado y escuchar poco porque estamos centrados en nuestra propia agenda y queremos que Dios la realice. Entonces el trabajo se convierte en activismo sin frutos duraderos porque no está guiado por Dios.  

San Agustín escribió en sus Confesiones: "Optimo servidor tuyo es el que no atiende tanto a oír de ti lo que él quisiera, cuanto a querer aquello que de tí escuchare." -Libro 10.

Marta de Betania quería servir al Señor pero no entendía que primero debía escucharle sentada a sus pies. 

Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.» -Lucas 10,41-42

El mas grande es el que mas sirve (y el que mas escucha). Jesús sabía que el era Dios: "sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía," Juan 13,3. Sin embargo sirve haciendo el trabajo mas humilde: "se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó...."  Juan 13,4

Servir no se trata de impresionar sino de amar. No se trata de activismo sino de ser dócil a la voluntad de Dios.

Los Apóstoles camino a Jerusalén todavía no sabían escuchar. Así es el corazón del hombre sin la gracia. Busca puestos importantes. No entiende que todo puesto es solo en función de servicio según la voluntad de Dios.

Marcos 10,32-45
Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará.»

Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.»

El les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?» Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»

Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?»

Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.»

Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»

Servir es una forma de ser antes de convertirse en actividad. El servidor primero aprende a amar. Si ama a su Señor amará también servirle. El servicio desinteresado fluye del corazón que ama. Servimos porque SOMOS servidores. Tenemos el corazón bien dispuesto por la escucha obediente al Señor. Ocurre cuando el corazón se asemeja al de Jesús en el amor. Esta es la obra del Espíritu Santo. Es por eso que María Santísima es el mejor ejemplo de servidora. Nadie ama a Jesús como ella. Ella es la mujer del FIAT, "hágase Tu voluntad"

El amor y el servicio requieren disciplina para ejercer dominio de si y usar las energías en obediencia a Cristo. Solo así crecen las virtudes. Igual que un instrumento roto tiene poco uso, el hombre roto por el pecado sirve poco porque tiene poca virtud. La mala salud no es obstáculo para ser servidor. Jesús pide a cada uno un servicio perfectamente ajustado a su estado de vida y sus capacidades. Un paralítico sirve tremendamente a la Iglesia ofreciendo su vida en oración. Es el pecado el que nos rompe por dentro. La buena noticia es que Jesús vino a "repararnos", para que todos podamos amar y servir.

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