SCHOENSTATT

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Al celebrar el centenario de fundación (2014), su presidente explica el carisma: "La Alianza de Amor es nuestra forma de vivir la fe, la forma en la que escuchamos a Dios y la forma como nos unimos a María y seguimos a Cristo. Mediante la Alianza configuramos la cultura de la vida diaria y nuestro apostolado. En los procesos de cambio en la Iglesia y en la sociedad recorremos el camino de las vinculaciones". Y recuerda que la vitalidad de la Alianza la experimentan en cuatro vivencias centrales que, como una corriente de vida, hacen fecundo el Movimiento: "Vivimos vinculados a ese lugar que llamamos Santuario", "confiamos en la figura paternal del P. José Kentenich, hombre de Dios", "cultivamos una concepción misionera de la vida y del actuar en la Iglesia y en la sociedad" y "llamamos Familia al rostro interno de nuestro Movimiento".   ... "la cultura de Alianza cultiva relaciones y vinculaciones a todo nivel y asume responsabilidades".

Schoenstatt nace en 1914, justo después de estallar la Primera Guerra Mundial, en un colegio Palotino en Vallendar, pequeña ciudad junto al Rhin. Su Fundador fue el P. José Kentenich (1885-1968) quien solía decir: "Quien tiene una misión ha de cumplirla, aunque conduzca al abismo mas profundo y oscuro, aunque un salto mortal siga a otro." Esas palabras eran fiel reflejo de su vida.

Nacido el 18 de noviembre en el pueblecito de Gymnich (Alemania), a partir de los nueve años fue internado, durante los cinco siguientes, en un orfanato en Oberhausen.

En 1899 ingresa al Seminario Menor de los Padres Palotinos en Ehrenbreitstein. Al cabo de seis años de duras pruebas -una salud muy frágil; crisis de fe que se prolongan por años y un primer rechazo de sus superiores al tratarse su acceso a la ordenación sacerdotal- es ordenado ministro de Cristo el 8 de julio de 1910. En 1912, es nombrado Director Espiritual de los jóvenes del Seminario Menor de los Padres Pallottinos. A partir del 18 de octubre de 1914 comienza en el lugar una nueva historia: con una prédica del P. José Kentenich en una pequeña capilla, a seminaristas menores de los Padres Pallottinos, surge un Movimiento Internacional de renovación religioso-moral denominado "Schoenstatt", como el lugar. Ese momento, y el contenido de la prédica, fue considerado posteriormente una Alianza con María, fundamento de una gran corriente de vida, de ideas y de gracia, que pretenden inducir al cambio, a la transformación interior, para un fecundo apostolado. Comienza así a educar a los jóvenes motivándolos a emprender la tarea de su propia transformación, en un ambiente de libertad y confianza. Lo hacía básicamente despertando la propia energía formativa de los jóvenes, entusiasmándolos por grandes y verdaderos ideales morales y cristianos. Su propia experiencia y su visión del papel de María como Madre y educadora, lo lleva a formar con ellos una Congregación Mariana como "un medio excelente para la realización de nuestros ideales juveniles y para lograr de manera más perfecta, rápida y segura, la meta de nuestra educación: encontrar a Jesús por María”. (Plática en la fundación de la Congregación Mariana, N̊ 2).
Dos años después de haber iniciado su labor pedagógica con los jóvenes, estalló la primera guerra mundial (agosto 1914). ¿Qué hacer para que el ambiente duro, agnóstico y amoral del ejército y la guerra no destruyera los ideales y la fe de los jóvenes? En su búsqueda cayó en sus manos la historia de un abogado italiano, Bartolo Longo, quien había "creado" un santuario mariano en Pompeya. Vio en ello un signo de la Providencia de Dios y se preguntó si no estaría en sus planes que la pequeña capilla que recién había sido puesta a disposición de la Congregación Mariana, se transformara en un santuario, donde María llegara a ser la Madre y educadora de los jóvenes, ¿no debían pedir a María que ella instalara allí su trono de gracias?

Después de un tiempo de oración y meditación, propuso esta "secreta idea predilecta" a los jóvenes. Los invitó a pedir que la Virgen se estableciera espiritualmente en ese lugar.

Ellos debían atraerla con las pruebas de su amor, con el esfuerzo por su autoeducación y por desarrollar el espíritu apostólico. La presencia de María debía ser avalada por una santidad de la vida diaria, por una vida heroica de seguimiento al Señor y su voluntad: Ellos debían ofrecer a María "abundantes contribuciones al Capital de Gracias". La plática del 18 de octubre de 1914 -llamada luego Primera Acta de Fundación- es testigo del acontecimiento central y fundacional de Schoenstatt. La Alianza del P. Kentenich y de los jóvenes con María en el Santuario, es la semilla de donde brota toda la vitalidad y la estructura de Schoenstatt. La pequeña capilla se transformó en un Santuario Mariano y en el centro de un movimiento internacional de renovación para la Iglesia y el mundo actual. Pero todo esto en medio de varios años de prueba, por ejemplo con el nazismo. En 1941, el fundador, con algunos de sus colaboradores, fue llevado prisionero al campo de concentración de Dachau, donde, a pesar de las circunstancias, realizó un fecundo apostolado entre los sacerdotes y laicos de diversas naciones. Después de su liberación, en 1945, el Padre Kentenich inició una serie de viajes por varios países del mundo, con los cuales enraizó a Schoenstatt en pueblos fuera de Europa. Esto ocurrió sobretodo en América del Sur, donde hoy la obra, excluyendo a Alemania, tiene la más importante presencia. 1948, una comunidad schoenstattiana -las Hermanas de María- es erigida canónicamente como el primer instituto secular alemán. Con ello, por vez primera, se expresa una confirmación oficial al más alto nivel acerca de la autenticidad de Schoenstatt como un nuevo brote de vida eclesial. Justamente ese carácter eclesial de Schoenstatt iba a ser duramente probado en el tiempo siguiente: una visitación canónica, con intervención del Santo Oficio de entonces, significó la más dolorosa prueba que hasta ese momento Schoenstatt había tenido que sufrir. La primera medida del visitador enviado por Roma fue la destitución del fundador y su destierro a los Estados Unidos, determinación que él obedeció de inmediato. Recién después de 14 años, hacia el final del Concilio, en 1965, fue llamado de vuelta y rehabilitado por el Papa. El Cardenal Bea, que desde bastante tiempo antes estaba vinculado con el Movimiento y su suerte, dijo al Padre Kentenich en aquel entonces: "sin el Concilio, usted nunca hubiese sido comprendido". Después, el fundador tuvo aún tres años de trabajo intensivo y sin trabas, los cuales dedicó a su obra que, entre tanto, había alcanzado una expansión en múltiples países. Si los años del exilio habían permitido a Schoenstatt crecer en profundidad, ahora llegaban los días de un sorprendente desenvolvimiento en amplitud. El Padre Kentenich muere repentinamente el 15 de septiembre de 1968, en la Iglesia que él construyera a la Santísima Trinidad sobre el monte de Schoenstatt. Se iniciaba así para él otra forma de actuar, una nueva época.

Madre, Reina y Vencedora tres veces Admirable de Schoenstatt
Para conocer la procedencia el título que recibe la Madre de Dios en Schoenstatt, debemos retroceder hasta la fundación de Schoenstatt, a los años de la primera Guerra Mundial. A través de la Congregación Mariana se introdujo en Schoenstatt el nombre de "Madre tres veces Admirable", ya que ella se inspiró en la famosa Congregación Mariana de Ingolstadt (donde María era venerada bajo la advocación: "Mater ter admirabilis", Madre tres veces Admirable, título preferido por su santo inspirador, el Padre Rem, SJ. En aquella época circulaba entre los jóvenes congregantes una oración, compuesta por el Padre Kentenich, que comenzaba así: "Madre tres veces admirable, enséñanos a combatir como luchadores tuyos..." Más tarde se añadió al nombre oficial de la Virgen de Schoenstatt la palabra: "Reina". Fue en tiempos de la lucha contra el Nacionalsocialismo. Como en todos los demás movimientos e instituciones católicas de Alemania, Schoenstatt fue perseguido por la dictadura nazi. Desde un plano puramente humano, fue una lucha muy desigual. El Padre Kentenich la comparó, en su momento, al enfrentamiento del pequeño David con el gigante Goliath.La Familia de Schoenstatt, juntando fuerzas en sí misma, tomó conciencia de la consagración, de la alianza de amor que la unía a la Virgen María. Surgió entonces en sus filas una corriente de coronación, tanto en Schoenstatt, como más tarde entre los prisioneros schoenstattianos en el campo de concentración de Dachau. Aquí fue coronada como "Reina del campo de concentración". Con este acto de piedad mariana, querían reconocer, ante María, su desvalimiento humano, pero al mismo tiempo, el poder real de la Sma. Virgen, expresando la total disponibilidad a su servicio. A su regreso del campo de concentración, el Padre Kentenich renovó solemnemente esta coronación en Schoenstatt, el 18 de octubre de 1946, proclamando a la Virgen María "Reina del mundo".

El título de "Vencedora" es más reciente, y surge también de la historia de la Familia de Schoenstatt. Pocos años después de la liberación del campo de concentración, comenzaron para el Padre Kentenich y para Schoenstatt duras pruebas. Esta vez las dificultades fueron con la Iglesia, resultando para el Fundador un destierro de 14 años (1951-1965, la mayor parte de los cuales transcurrió en Milwaukee/USA, de 1952 a 1965). El mismo concluyó con su rehabilitación en Roma, durante el transcurso de la cuarta y última sesión del Concilio Vaticano II, por el Papa Pablo VI. Para Schoenstatt fueron tiempos muy duros. Por momentos no se vislumbraba, humanamente hablando, ninguna solución a los problemas planteados. En medio de muchas oscuridades, el Padre Kentenich mantuvo impertérrito una total confianza en la victoria final de la Sma. Virgen. Los acontecimientos del año 1965 (su ida a Roma y su rehabilitación, que culminaron con su regreso a Schoenstatt en la Nochebuena de ese año, tras 14 años de ausencia) produjeron un cambio decisivo en la situación. En reconocimiento a la manifiesta acción que le cupo a la Virgen María en su liberación, el Padre Kentenich, a partir de un acto de coronación de la Sma. Virgen en Liebfrauenhohe (31 de mayo de 1966) quiso que, en adelante, al título de Madre y Reina de Schoenstatt se añadiese el de "Vencedora".

El Santuario

Así reza una oración compuesta por el Padre Kentenich en el campo de concentración de Dachau.
Concédemeentregar a los pueblos, como el signo de redención, tu cruz, Jesucristo, y tu imagen, María. ¡Que nadie separe lo uno de lo otro, pues en su plan de amor el Padre los concibió como unidad”.

Y es precisamente esto lo que encontramos en el Santuario. Encima del Tabernáculo y la Cruz está la imagen de Nuestra Señora de Schoenstatt con el Niño en brazos, y encima de esta, un símbolo, “el ojo”, hace presente al Padre, a su Divina Providencia. Muy cerca de este símbolo, encontramos otro: una paloma que representa al Espíritu Santo. Son simplemente leyes del plan de Dios que se realizan a través de María, que nos lleva a la Santísima Trinidad. Estamos ante el núcleo de la espiritualidad de Schoenstatt, expresada en esta breve oración: “Únenos en santa tri-unidad y así caminaremos en el Espíritu Santo hacia el Padre” (P.Kentenich). Pero hay otros símbolos. Debajo del cuadro central, divisamos las figuras de dos apóstoles: San Pedro, con las llaves y San Pablo, con la espada en la mano. Ambos nos hacen presente a la Iglesia de Cristo; ambos, en cierto sentido, representan al Colegio de los Apóstoles. Ambos nos recuerdan el rol de María en el misterio de la Iglesia; María, como modelo, y, a la vez, Madre de la Iglesia. A la izquierda del altar, San Miguel Arcángel, venciendo al Dragón. San Miguel, a cuyo honor estaba dedicada la capilla antes del 18 de octubre de 1914, aparece como el gran luchador de la causa de Dios (Miguel significa: ¿quién como Dios?). El Dragón es símbolo del Maligno, del Demonio, del "poder de las tinieblas". Este signo nos hace tomar renovada conciencia de que en la historia humana, también en la historia de cada individuo, existen fuerzas invisibles en lucha: por una parte, las divinas, y por la otra, las demoníacas. La presencia del Dragón nos hace pensar en la misión que la Virgen María tiene en esta lucha, esbozada tanto en el Génesis como en el Libro del Apocalipsis. María, la Vencedora, la que aplasta la cabeza de la Serpiente. Vemos también la estatua de San José, Patrono Universal de la Iglesia. Y en el lado opuesto, una imagen de Vicente Palloti, precursor de la Acción Católica: santo canonizado por el Papa Juan XXIII el 20 de enero de 1963; inspirador y pionero del proyecto de una Confederación Apostólica Universal que Schoenstatt ha asumido como uno de sus objetivos. “Danos fe en Schoenstatt y en Pallotti y que este signo de unidad nadie nos lo arrebate”. PadreJosé Kentenich. En el Santuario, punto de enlace entre el cielo y la tierra, es donde la Virgen María concede de manera particular las gracias de peregrinación.

Las gracias de peregrinación

“Quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación, en un lugar de gracia...”,decía el Padre Kentenich el 18 de octubre de 1914. Y ¿qué es la gracia? Gracia es el don que Dios, nuestro Padre, nos hace a nosotros, sus hijos, al manifestarnos su amor misericordioso en Cristo, su Hijo. Gracia es estar en comunión con el Dios vivo, es participar de la vida divina, siendo, realmente templos del Espíritu Santo. Gracia es también la ayuda que recibimos de Dios y que nos capacita para realizar bien los deberes de estado, nuestra misión personal de cada día.

En Schoenstatt se habla de tres gracias que recibe el peregrino que llega al Santuario, o de tres “gracias de peregrinación”: a)El cobijamiento -o arraigo- espiritual. b)La transformación interior. c) Y el envío apostólico.

Cobijamiento espiritual

El encuentro con la Virgen María en el Santuario es, ante todo, el encuentro de un hijo, de una hija, con su Madre. Es la experiencia de ser acogido, aceptado, amado. El Padre Kentenich lo expresa así: “Todos los que acudan acá para orar deben experimentar la gloria de María y confesar: ¡Qué bien estamos aquí! ¡Establezcamos aquí nuestra tienda! ¡Este es nuestro rincón predilecto!” (18/10/1914).
La Virgen en Cristo nos lleva a adentrarnos, siempre más, en el misterio del Padre y de su amor por nosotros. ("El hombre y su vocación suprema" -afirma Juan Pablo II- "se desvelan en Cristo mediante la revelación del misterio del Padre y de su Amor". Encíclica Dives in misericordia,1). Y nos enseña que el cobijamiento en Dios resulta de buscar en todo Su voluntad, poniéndola en práctica. Dijo Jesús: “El que me ha enviado está conmigo, no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que es de su agrado” (Jn 8,29). La Virgen María tuvo que sufrir y sobrellevar muchas asperezas en su vida, pero vivió siempre cobijada y segura en la voluntad del Padre: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc l,38).

Fruto de la gracia del cobijamiento espiritual, es la confianza total y el completo abandono en Dios, a través de María. El Padre Kentenich sintetiza muy bien esta diciendo: “En tu poder y en tu bondad fundo mi vida; en ellos espero confiando como niño, Madre Admirable, en ti y en tu Hijo, en toda circunstancia creo y confío ciegamente. Amén”.

Transformación interior

Esta fue una de las grandes metas por las cuales trabajó, luchó y sufrió el Padre Kentenich. Anhelaba que la Familia de Schoenstatt, regalara a la Iglesia, como respuesta a los tiempos, “una verdadera santidad de la vida diaria”. Se trata de que nuestra vida sea un espejo del ser y del caminar de Cristo aquí en la tierra, siendo “fuertes y bondadosos, como vivas imágenes de María”. Algo semejante afirmaba San Pablo, al escribir: “llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”. (2Cor 4,10).

Desde el Santuario de Schoenstatt, la Virgen María quiere manifestar sus glorias como Educadora de un hombre nuevo. Quiere despertar en nosotros el anhelo de una continua y creciente transformación interior; quiere, sobre todo, implorarnos la fuerza transformadora del Espíritu Santo, sin cuya poderosa acción nuestros esfuerzos resultarían estériles.

Envío apostólico

En Schoenstatt, la Virgen María es “nuestra Fundadora, nuestra Señora, nuestra Reina", dijo el P.Kentenich (18/10/1939). La consagración, la alianza que se sella con María en el Santuario, y que se procura poner en práctica en la vida cotidiana, es garantía de un impulso apostólico siempre renovado, que lleva a sus miembros a la santificación personal, pero como dice el Padre “esta santificación se orienta al apostolado y de él vive, e inflama con su ardor el celo por las almas. No conocemos ningún apostolado sin interioridad y ninguna interioridad sin apostolado”. (P. Kentenich).

El mensaje de Schoenstatt

Siendo prisionero en el campo de concentración de Dachau, el Padre Kentenich estudió el hecho de Fátima y tuvo noticias del acto de consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, realizado por el Papa Pío XII en 1942. En la Semana de otubre de 1946, celebrada en Schoenstatt, que tuvo como tema central la coronación de la Sma. Virgen María como Reina del mundo, el Padre Kentenich se planteó la pregunta si existe un "mensaje de Schoenstatt". La respuesta fue afirmativa. Luego de sus experiencias en Dachau, percibía en el mundo un "vaciamiento", muchos hombres experimentaban el absurdo de la vida, y se decía había que ayudar a que el mundo selle una profunda Alianza con la Sma. Virgen, a fin de que la Alianza con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo se torne irreversible, profunda e indestructible. Dios ha sellado una alianza de amor con sus criaturas, “nuestra tarea -afirmaba- consiste en hacer que el mundo tome conciencia de esta alianza de amor. Lo hacemos en la medida en que incorporamos al mundo, nuevamente, a esta alianza de amor con la Sma. Virgen María. Este es el gran mensaje de Schoenstatt”.Este mensaje de la alianza de amor con la Sma. Virgen María tiene sus raíces en la fe práctica en la Divina Providencia, que significa buscar ese plan de Dios y procurar realizarlo en nuestra vida. Consiste en hacer de la voluntad del Padre la norma fundamental de nuestra vida, confiando en que todo lo demás se nos dará por añadidura. Así lo expresa el P. Kentenich en una oración compuesta en Dachau:“Padre, hágase a cada instante lo que para nosotros tienes previsto. Guíanos según tus sabios planes y se cumplirá nuestro único anhelo”.

Ante el vacío interior de muchos, el aburrimiento de algunos o el cansancio de otros, Schoenstatt proclama, como parte esencial de su mensaje, la conciencia de misión. Esto quiere decir, en otras palabras, que nadie está de balde en este mundo. Todos tenemos una tarea que cumplir, algo que realizar, en síntesis, una misión. El mismo Señor es quien nos envía. Y por eso, nos sabemos instrumentos en sus manos todopoderosas. A pesar de los límites de todo lo humano, estamos llenos de confianza en la fuerza divina que actúa en nosotros (... "que mi poder se manifiesta al máximo en tu flaqueza" 2Cor.12,9). Aquí estriba nuestra esperanza de alcanzar la victoria final. Sabemos por experiencia, que la vida es lucha, sabemos que nos esperan muchas dificultades. Sin embargo, creemos en las palabras del Señor: "En el mundo tendrán que sufrir, pero tengan valor: Yo he vencido al mundo" (Jn 16,33). Nos inspiran las palabras que el Padre Kentenich escribiera a la Familia de Schoenstatt días antes de su muerte: "Con María, alegres por la esperanza y seguros de la victoria, hacia los tiempos más nuevos".

CUADRO CRONOLÓGICO
Enero 20 1942 El P. Kentenich rechaza, por libre decisión, la posibilidad de no ser enviado al campo de concentración de Dachau. ("Segundo Hito").

Enero 20 1943 El P. Kentenich recibe en Dachau una cruz de plata del Papa Pío XII.

Enero 6 1965 Escrito personal de Pablo VI que confirma la autonomía jurídica de la Obra de Schoenstatt.

Febrero 2 1946 Fundación del Instituto de las damas de Nuestra Señora de Schoenstatt. Es nombrado Asistente del mismo, el Padre Friedrich Mühlbeyer.

Febrero - 1964 Todos los Obispos alemanes se pronuncian por la independencia jurídica de la Obra de Schoenstatt.

Marzo 19 1943 El P. Kentenich celebra Misa por primera vez en Dachau.

Marzo 9-
10 1944 El P. Kentenich es encerrado en la "celda de estar en pie" e interrogado por una comisión especial de la policía secreta estatal (Gestapo).

Marzo 11 1942 El P. Kentenich es trasladado al campo de concentración de Dachau, llegando allí el día 13.

Marzo 24 1945 Firma del certificado de liberación del P. Kentenich.

Marzo 14 1947 El P. Kentenich tiene una audiencia privada con S.S. Pío XII.

Marzo 15 1947 El P. Kentenich inicia su primer viaje apostólico internacional a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.

Mayo 15 1922 El Papa Pío XI imparte por primera vez su bendición al Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

Mayo 8 1945 Término de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Mayo 20 1945 El día de Pentecostés, el P. Kentenich regresa a Schoenstatt luego de su liberación del campo de concentración de Dachau.

Junio 21 1952 El Padre Kentenich llega a Milwaukee, Wisconsin, EEUU, donde el Santo Oficio decretara su exilio. Tenía la edad de 66 años y permanecería allí hasta el 16 de septiembre de 1965.

Junio 20 1953 Bendición del primer Santuario de Schoenstatt en Estados Unidos, en la ciudad de Madison, Wisconsin.

Junio 27 1985 En un accidente en Santa María, Brasil, fallece el diácono Joâo Pozzobon, padre de siete hijos y promotor de la Campaña de la Virgen Peregrina.

Julio 08 1910 Luego de múltiples y graves obstáculos que debió pasar hasta ese día, José Kentenich es ordenado sacerdote por el Vicario Apostólico de Camerún, el Obispo Heinrich Vieter.

Julio 07 1965 Su Santidad el Papa Paulo VI autoriza la fundación del Instituto de los Padres de Schoenstatt, el que debe estar al servicio de la Obra de Schoenstatt como su parte central y motriz.

Julio 02 1942 Coronación de la Virgen como "Madre del Pan" en el campo de concentración de Dachau.

Julio 18 1914 El Padre Kolb, Superior Provincial de los Pallottinos, puso a disposición de la Congregación Mariana, la antigua Capilla de San Miguel, que hasta ese momento estaba abandonada y se utilizaba solamente para guardar en ella las herramientas del jardín. Se transforma entonces en el punto de convergencia de toda la vida religiosa de la Congregación.

Julio 18 1914 El Padre Kentenich recibe una revista en la cual se publica un artículo sobre Bartolo Longo, quien fundó un Santuario Mariano sobre las minas de Pompeya. En él se narra cómo la Virgen, en respuesta a una iniciativa y a un ofrecimiento humano, transformó una capillita en un santuario de gracias. El Padre se pregunta entonces: "¿No podría llegar a ser el pequeño santuario de la joven familia de congregantes un lugar de gracias para círculos más amplios?

Septiembre 30 1912 El Padre es nombrado Director Espiritual de los seminaristas en Schoenstatt.

Septiembre 24 1944 Fundación de "Schoenstatt Internacional" en el campo de concentración de Dachau.

Septiembre 15 1968 Fiesta de los Siete Dolores de María. El padre fundador celebró Misa por primera vez en la Iglesia de la Adoración, recién construida. Luego de bendecir algunos rosarios en la Sacristía, se desploma y muere.

Septiembre 20 1968 Funerales del Padre Kentenich. Es sepultado en la misma Iglesia donde murió, en la Capilla del Padre. Su tumba lleva la inscripción Dilexit Ecclesiam, "Amó a la Iglesia".

Noviembre 18 1885 Nacimiento del Padre Kentenich en Gymnich, ciudad situada cerca de Colonia.

Noviembre 19 1885 El P. Kentenich es bautizado con el nombre de "Pedro José" en la parroquia de S. Kunibert, en Gymnich.

Diciembre 13 1941 El P. Kentenich comienza a celebrar clandestinamente la Santa Misa en su celda.



 

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