¿Ser buen católico sin aceptar toda la doctrina de la Iglesia?
Carta pública del obispo Thomas Tobin al congresista pro aborto Patrick Kennedy, 11 Nov 2009.

Traducción no oficial por el padre Jordi Rivero www.catolico.org  
Original en inglés

Ver también aborto    "Católicas por derecho a decidir" y otros grupos abortistas


Estimado congresista Kennedy:

"Por el hecho de no estar de acuerdo con la jerarquía en algunas cuestiones no soy menos católico." (Congresista Patrick Kennedy)

Ya que nuestra reciente correspondencia ha sido más bien pública, espero que no le importe si comparto algunas reflexiones sobre su práctica de la fe en este foro público. Normalmente no lo haría - hablar de la fe de alguien en un foro público – pero en nuestro bien documentado intercambio de cartas sobre el cuidado de la salud y el aborto, se ha convertido punto discutido. También comparto estas palabras en público con la idea de que podría ser instructivo para otros católicos, incluyendo aquellos en posiciones destacadas de liderazgo.

Por el momento me gustaría dejar de lado la discusión de la reforma de salud, tan importante y relevante como es, y centrarse en una declaración contenida en su carta del 29 de octubre de 2009, en la que escribe, "Por el hecho de no estar de acuerdo con la jerarquía en algunas cuestiones no soy menos católico". Esta frase ciertamente me llamó la atención y merece una respuesta pública porque, si queda sin respuesta, podría llevar a otros a creer que es verdad. Además, plantea una cuestión importante: ¿Qué significa ser católico?

"Por el hecho de que no estoy de acuerdo con la jerarquía en algunas cuestiones no soy menos católico." Bueno, de hecho, congresista, en algún modo sí. Aunque yo no escogería esas palabras, cuando alguien rechaza las enseñanzas de la Iglesia, especialmente en un asunto grave, de vida o muerte como el aborto, ciertamente disminuye su comunión eclesial, su unidad con la Iglesia.
Este principio se basa en la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia y se hace más explícito en los documentos recientes.

Por ejemplo, el "Código de Derecho Canónico" dice, "Para que puedan vivir según la doctrina cristiana, proclamarla, defenderla cuando sea necesario y ejercer la parte que les corresponde en el apostolado, los laicos tienen el deber y el derecho de adquirir conocimiento de esa doctrina, de acuerdo con la capacidad y condición de cada uno." ( Canon 229, # 1)

El "Catecismo de la Iglesia Católica", dice: "Los fieles, recordando la palabra de Cristo a sus Apóstoles: "El que a vosotros escucha a mi me escucha" (Lc 10,16; cf. LG 20), reciben con docilidad las enseñanzas y directrices que sus pastores les dan de diferentes formas."(# 87)

O consideremos esta declaración de la Iglesia: "Sería un error confundir la justa autonomía que ejercen los católicos en la vida política con la reivindicación de un principio que prescinda de la enseñanza moral y social de la Iglesia." (Congregación para la Doctrina de la Fe, 2002)

Congresista, hay ahí un montón de palabrería teológica y canónica, pero lo que significa es que si usted no acepta las enseñanzas de la Iglesia, su comunión con la Iglesia es defectuosa o, en sus propias palabras, lo hace "menos un católico"

Pero vayamos a una pregunta más práctica, enfoquémoslo de esta manera: ¿Qué significa, en realidad, ser católico? Después de todo, ser un católico tiene que significar algo, ¿verdad?

Bueno, en términos simples - y aquí me refiero sólo a los elementos estructurales más visibles de ser miembro de la Iglesia - ser católico significa ser miembro de una comunidad de fe que posee una autoridad y doctrina claramente definidas, obligaciones y expectativas. Significa creer y aceptar las enseñanzas de la Iglesia, especialmente en cuestiones esenciales de la fe y la moral; pertenecer a una comunidad católica local, una parroquia; asistir a misa los domingos y recibir regularmente los sacramentos; apoyar a la Iglesia personalmente, públicamente, espiritualmente y económicamente.  

Congresista, yo no estoy seguro si usted cumple o no los requisitos básicos de ser un católico, así que permítanme preguntarle: ¿Acepta usted las enseñanzas de la Iglesia sobre las cuestiones esenciales de fe y moral, incluyendo nuestra postura sobre el aborto? ¿Pertenece usted a una comunidad católica local, a una parroquia? ¿Asiste usted a misa los domingos y recibe los sacramentos con regularidad? ¿Apoya usted la Iglesia, personalmente, públicamente, espiritualmente y económicamente?

En su carta usted afirma "abrazar su fe." Fantástico. Pero si no cumple con los requisitos básicos de adhesión, entonces, ¿que es exactamente lo que lo hace a usted católico? ¿Su bautismo cuando era un bebé? ¿Sus lazos familiares? ¿Su patrimonio cultural?

Su carta también dice que su fe "reconoce la existencia de una humanidad imperfecta." Absolutamente cierto. Pero al  confrontar su rechazo a la doctrina de la Iglesia, no estamos tratando solamente con "una humanidad imperfecta" - como lo hacemos cuando nos enfrentamos con los pecados como la ira, la soberbia, la avaricia, la impureza y la deshonestidad. Todos luchamos con esas cosas, y muchas veces fallamos.

Su rechazo a la doctrina de la Iglesia sobre el aborto entra en una categoría diferente - es un acto deliberado y obstinado de la voluntad; una decisión consciente que ha reafirmado en muchas ocasiones. Lo siento pero no puede atribuírselo a una “humanidad imperfecta". Su posición es inaceptable para la Iglesia y escandalosa para muchos de nuestros miembros. Absolutamente disminuye su comunión con la Iglesia.

Congresista Kennedy, escribo estas palabras no para avergonzarlo o juzgar el estado de su conciencia o alma. Eso es en última instancia, entre usted y Dios. Pero su descripción de su relación con la Iglesia es ahora un asunto de conocimiento público y necesita ser cuestionada. Le invito a usted, como su obispo y hermano en Cristo, a entrar en un proceso sincero de discernimiento, conversión y arrepentimiento. No es demasiado tarde para que usted pueda reparar su relación con la Iglesia, rescatar su imagen pública, y surgir como un auténtico “perfil de valor", especialmente por la defensa de la santidad de la vida humana para todas las personas, incluidos los niños no nacidos. Y si alguna vez puedo ayudarle en su viaje por el camino de la fe, me sentiré honrado y feliz de hacerlo.

Atentamente,

Thomas J. Tobin

El obispo de la Providencia




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