Mary kisses feet of JesusLa Cruz Revela el Amor
Ver también: Cruz Martirio del Corazón

La Cruz es Necesaria para Unirnos a Cristo.
-Fr. Jordi Rivero, Amor Crucificado.

Nuestro Padre nos dotó con el poder de amar, pero con el pecado le dimos mal uso. En vez de amar a Dios y al prójimo, nos dominó el deseo egoista de auto-gratificarnos. Satanás explota este deseo para esclavisarnos. Somos incapaces, con nuestras propias fuerzas, de resistirle. Hasta pensamos que nuestra condición es normal.

Cristo vino a liberarnos. ¿Como? Con el poder de Su amor que lo llevó hasta morir en la cruz. ¿Que ocurrió en la Cruz? Satanás lanzó todo su poder contra Cristo para destruirlo, pero Cristo no se echo atrás. Venció a Satanás al abrazar la cruz con amor. Nada lo detiene de amar al Padre y a nosotros. Cristo transformó la cruz en el signo de Su amor victorioso sobre el mal.

El poder del cristiano es el poder de la Cruz, el poder del amor de Cristo que no se rinde frente al sufrimiento. Pero es necesario que abracemos la cruz sin miedo. Debemos rezar unos por otros por esta gracia. Benedicto XVI nos pidió: "Rogad por mí, para que, por miedo, no huya ante los lobos">>. Satanás utiliza nuestros miedos para que retrocedamos frente a la cruz. Esto ocurre de dos maneras: El miedo de sufrir por hacer lo que debemos. Por ejemplo, defender al inocente. También esta el miedo de renunciar a nuestros apegos a deseos de auto gratificación. Solo hay un camino a la libertad: Mirar a Jesus Crucificado y dejarnos mover por su amor. El amor vence al miedo. Si al principio no nos mueve verlo en la cruz, debemos perseverar. Pidamos al Espíritu Santo. Una vez hayamos escogido el amor, seremos libres. Nos pueden crucificar pero no nos pueden hacer daño. Este es el "mensage de la Cruz... la fuerza de Dios" que enseña San Pablo (1Cor 1:18). Pone a muerte la rebelión de la carne para que podamos vivir la nueva vida en Cristo. 

La Cruz no es solo la espiritualidad de algunos cristianos; es el único camino para ser uno con Cristo. El Papa Benedicto enseñó que, "En efecto, el camino de la cruz es el único que conduce a la victoria del amor sobre el odio, del compartir con los demás sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia.">> En este contexto, Jesus nos pide en la Comunidad Amor Crucificado: "Súfrelo todo conmigo. Ya no somos dos sino uno en mi sacrificio de amor ".    


 
  • Cuando el hombre no quiere ser criatura, Dios se hace criatura
    "Así como Adán no reconoce que es creatura y quiere ponerse en el lugar de Dios, Jesús, el Hijo de Dios, está en  una relación filial perfecta con el Padre, se abaja, se convierte en siervo, recorre el camino del amor humillándose hasta la muerte de cruz, para volver a poner en orden las relaciones con Dios" Texto

     San Agustín reza al Padre: "Por nosotros se hizo ante ti vencedor y víctima: vencedor, precisamente por ser víctima; por nosotros se hizo ante ti sacerdote y sacrificio: sacerdote, precisamente del sacrificio que fue él mismo. Siendo tu Hijo, se hizo nuestro servidor, y nos transformó, para ti, de esclavos en hijos."-Oficio de Liturgia, viernes, semana XVI
     

    Cruz : Locura
    1 Cor 1:17-25
    "El mensaje de la cruz es una locura
    para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios. 19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? 21 En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. 22 Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, 23 nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, 24 pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. 25 Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres."

    • San Juan Pablo II comenta este pasage en Veritatis Splendor #85
      "La Iglesia hace suya la conciencia que el apóstol Pablo tenía de la misión recibida...  Cristo crucificado revela el significado auténtico de la libertad, lo vive plenamente en el don total de sí y llama a los discípulos a tomar parte en su misma libertad."

  • La Cruz es la respuesta del amor frente al mal.

    • "Ante el horror de Auschwitz no hay otra respuesta que la cruz de Cristo: el Amor que desciende hasta el fondo del abismo del mal, para salvar al hombre en la raíz, donde su libertad puede rebelarse contra Dios". -Benedicto XVI Texto  

  • Cristo tomo nuestra debilidad
    2 Cor 13:4

    "Es cierto que él fue crucificado en razón de su debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también, nosotros participamos de su debilidad, pero viviremos con él por la fuerza de Dios"

  • Nosotros participamos de Su Amor-Cruz y de su Debilidad-Fortaleza
    1 Cor 2:1-5
    "Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. 2 Y, estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. 3 Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, 4 y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, 5 para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres"

  • Lucas 9:22-24
    «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día». 23 Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.

    • Papa Francisco comenta: "Nosotros «no podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino, de este camino que Él recorrió primero». Es «el camino de la humildad, incluso de la humillación, de la negación de sí mismo», porque «el estilo cristiano sin cruz no es de ninguna manera cristiano», y «si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana».

      Asumir un estilo de vida cristiano significa, pues, «tomar la cruz con Jesús e ir adelante». Cristo mismo nos mostró este estilo negándose a sí mismo. Él, aun siendo igual a Dios, no se glorió de ello, no lo consideró «un bien irrenunciable, sino que se humilló a sí mismo» y se hizo «siervo por todos nosotros». Texto

  • No se justifica hacer el mal para que resulte un bien
    "el mundo se salva por el Crucificado y no por los crucificadores" -Primera homilia Benedicto XVI Texto

  • La Cruz revela el amor de Jesús como fundamento de la nueva alianza que supera la religión basada en mero cumplimiento de la ley.

    • El amor de Jesus nos mueve a responder con amor.
      Galatas 2:19-20 "Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, 20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. 21 No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente"

    • La Cruz no lleva al abrazo del Crucificado
      Benedicto XVI dice de Santa Verónica: "Veronica es especialmente, un testigo valiente de la belleza y del poder del Amor divino, que la atrae, la impregna, la inflama. Es el Amor crucificado que se ha impreso en su carne, como en la de san Francisco de Asís, con los estigmas de Jesús”… “una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal”, la experiencia “de ser amada por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más implicado y apasionado”.

      “En ella todo es interpretado en clave de amor, y esto le infunde una profunda serenidad. Todo es vivido en unión con Cristo, por amor a él, y con la alegría de poder demostrarle todo el amor de que es capaz una criatura”… Esta santa, añadió, invita “a hacer crecer, en nuestra vida cristiana, la unión con el Señor en el ser para los demás, abandonándonos a su voluntad con confianza completa y total, y la unión con la Iglesia, Esposa de Cristo”.

      “Nos invita a participar en el amor sufriente de Jesús Crucificado para la salvación de todos los pecadores; nos invita a tener la mirada fija en el Paraíso, meta de nuestro camino terreno”, así como “a nutrirnos diariamente de la Palabra de Dios para encender nuestro corazón y orientar nuestra vida”.
      15 Dic 2010 Texto

      La Cruz Cambia el Sufrimiento en una Declaracion de Amor
      14/9/12
      Texto 
      "Esa es la locura de la cruz: la de saber convertir nuestro sufrimiento en grito de amor a Dios y de misericordia para con el prójimo; la de saber transformar también unos seres que se ven combatidos y heridos en su fe y su identidad, en vasos de arcilla dispuestos para ser colmados por la abundancia de los dones divinos, más preciosos que el oro (cf. 2 Co 4,7-18). No se trata de un lenguaje puramente alegórico, sino de un llamamiento urgente a llevar a cabo actos concretos que configuren cada vez más con Cristo, unos actos que ayuden a las diferentes Iglesias a reflejar la belleza de la primera comunidad de creyentes (cf. Hch 2,41-47;

      Hay un vínculo inseparable entre la cruz y la resurrección, que un cristiano no puede olvidar. Sin este vínculo, exaltar la cruz significaría justificar el sufrimiento y la muerte, no viendo en ello más que un fin inevitable. Para un cristiano, exaltar la cruz quiere decir entrar en comunión con la totalidad del amor incondicional de Dios por el hombre. Es hacer un acto de fe. Exaltar la cruz, en la perspectiva de la resurrección, es desear vivir y manifestar la totalidad de este amor. Es hacer un acto de amor. Exaltar la cruz lleva a comprometerse a ser heraldos de la comunión fraterna y eclesial, fuente del verdadero testimonio cristiano. Es hacer un acto de esperanza

    • Santa Teresa de Ávila
      El amor es la medida de nuestra capacidad para abrazar la cruz. Cuando Él ve un alma que lo ama mucho, El sabe que esa alma puede sufrir mucho por El, mientras que una que lo ama poco, sufrirá poco. Por mi parte, creo que el amor es la medida de nuestra capacidad de soportar cruces, ya sea grande o pequeña. Así que si tienes este amor trata de que las oraciones que haces a tan gran Señor no sean de mera cortesía ... A menos que hagamos una entrega total de nuestra voluntad al Señor para que él pueda hacer en todas las cosas lo que es mejor para nosotros, nunca nos permitirá beber de su fuente de agua viva. -El Camino de Perfección, ch.32, 5-9.


Para mas estudio sobre la centralidad de la Cruz-Amor

  • Padres de la Iglesia -San Juan Crisóstomo:
    La Verguenza y el Poder de la Cruz
    "En si mismos, muerte, encarcelamiento y cadenas causan vergüenza y oprobio. Pero cuando ... el misterio se ve correctamente, aparecerán llenas de dignidad y motivo de jactancia. Porque fue que la muerte en la cruz que salvó el mundo cuando se se perdía".
    Al igual que St. Paul, San Juan Crisóstomo enseña que si valoramos la muerte de Cristo por nosotros en la cruz, entonces apreciaremos el valor de nuestras propias cruces ". 

  • Catecismo de la Iglesia Católica #853
    Sólo avanzando por el camino "de la conversión y la renovación" y "por el estrecho sendero de la cruz" es como el Pueblo de Dios puede extender el reino de Cristo

  • Pio XII, Mystici Corporis Christi, #108. >>> 
    "Hemos de unir nuestros dolores a los sufrimientos del Divino Redentor, para procurar la salvación de las almas,…por el bautismo hemos sido hechos carne del Crucificado.

  • San Ignacio de Loyola
    “La llama del amor divino nunca se eleva mas alto que cuando es alimentada por el madero de la Cruz que la caridad infinita del Salvador utilizo para completar Su sacrificio. Todos los placers del mundo son nada comparados a la dulzura que se encuentra en la hiel y el vinagre ofrecidos a Jesucristo. Es decir, las cosas dificiles y dolorosas de soportar por Jesucristo y con Jesucristo ".

  • Santa Teresa Benedicta de la Cruz:
    "No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la cruz"

  • San Pablo de a Cruz:
    Toma en tus manos el Santo Crucifijo, besa con gran amor sus heridas y pídele que te predique un sermón, escucha lo que te dicn las espinas, los clavos y esa Sangre Divina. ¡Oh qué homilía! 

Benedicto XVI

  • Verdadera Imagen de Dios
    "Dios mismo se ha dado una « imagen»: en el Cristo que se ha hecho hombre. En Él, el Crucificado, se lleva al extremo la negación de las falsas imágenes de Dios. Ahora Dios revela su rostro precisamente en la figura del que sufre y comparte la condición del hombre abandonado por Dios, tomándola consigo. Este inocente que sufre se ha convertido en esperanza-certeza: Dios existe, y Dios sabe crear la justicia de un modo que nosotros no somos capaces de concebir y que, sin embargo, podemos intuir en la fe.“ 'Spe Salvi 43

  • El Escandalo y la Necedad de la Cruz
    En la experiencia personal de san Pablo hay un dato incontrovertible: mientras que al inicio había sido un perseguidor y había utilizado la violencia contra los cristianos, desde el momento de su conversión en el camino de Damasco, se había pasado a la parte de Cristo crucificado, haciendo de él la razón de su vida y el motivo de su predicación. Entregó toda su vida por las almas (cf. 2 Co 12, 15), una vida nada tranquila, llena de insidias y dificultades. En el encuentro con Jesús le quedó muy claro el significado central de la cruz: comprendió que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús murió realmente por todos; y la subjetividad: murió también por mí. En la cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios.

    Este amor san Pablo lo experimentó ante todo en sí mismo (cf. Ga 2, 20) y de pecador se convirtió en creyente, de perseguidor en apóstol. Día tras día, en su nueva vida, experimentaba que la salvación era "gracia", que todo brotaba de la muerte de Cristo y no de sus méritos, que por lo demás no existían. Así, el "evangelio de la gracia" se convirtió para él en la única forma de entender la cruz, no sólo el criterio de su nueva existencia, sino también la respuesta a sus interlocutores. Entre estos estaban, ante todo, los judíos que ponían su esperanza en las obras y esperaban de ellas la salvación; y estaban también los griegos, que oponían su sabiduría humana a la cruz; y, por último, estaban ciertos grupos de herejes, que se habían formado su propia idea del cristianismo según su propio modelo de vida.

    Para san Pablo la cruz tiene un primado fundamental en la historia de la humanidad; representa el punto central de su teología, porque decir cruz quiere decir salvación como gracia dada a toda criatura. El tema de la cruz de Cristo se convierte en un elemento esencial y primario de la predicación del Apóstol: el ejemplo más claro es la comunidad de Corinto. Frente a una Iglesia donde había, de forma preocupante, desórdenes y escándalos, donde la comunión estaba amenazada por partidos y divisiones internas que ponían en peligro la unidad del Cuerpo de Cristo, san Pablo se presenta no con sublimidad de palabras o de sabiduría, sino con el anuncio de Cristo, de Cristo crucificado. Su fuerza no es el lenguaje persuasivo sino, paradójicamente, la debilidad y la humildad de quien confía sólo en el "poder de Dios" (cf. 1 Co 2, 1-5).

    La cruz, por todo lo que representa y también por el mensaje teológico que contiene, es escándalo y necedad. Lo afirma el Apóstol con una fuerza impresionante, que conviene escuchar de sus mismas palabras: "La predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan —para nosotros— es fuerza de Dios. (...) Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación. Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles" (1 Co 1, 18-23).

    Las primeras comunidades cristianas, a las que san Pablo se dirige, saben muy bien que Jesús ya ha resucitado y vive; el Apóstol quiere recordar, no sólo a los Corintios o a los Gálatas, sino a todos nosotros, que el Resucitado sigue siendo siempre Aquel que fue crucificado. El "escándalo" y la "necedad" de la cruz radican precisamente en el hecho de que donde parece haber sólo fracaso, dolor, derrota, precisamente allí está todo el poder del Amor ilimitado de Dios, porque la cruz es expresión de amor y el amor es el verdadero poder que se revela precisamente en esta aparente debilidad. Para los judíos la cruz es skandalon, es decir, trampa o piedra de tropiezo: parece obstaculizar la fe del israelita piadoso, que no encuentra nada parecido en las Sagradas Escrituras.

    San Pablo, con gran valentía, parece decir aquí que la apuesta es muy alta: para los judíos, la cruz contradice la esencia misma de Dios, que se manifestó con signos prodigiosos. Por tanto, aceptar la cruz de Cristo significa realizar una profunda conversión en el modo de relacionarse con Dios. Si para los judíos el motivo de rechazo de la cruz se encuentra en la Revelación, es decir, en la fidelidad al Dios de sus padres, para los griegos, es decir, para los paganos, el criterio de juicio para oponerse a la cruz es la razón. En efecto, para estos últimos la cruz es moría, necedad, literalmente insipidez, un alimento sin sal; por tanto, más que un error, es un insulto al buen sentido.

    San Pablo mismo, en más de una ocasión, sufrió la amarga experiencia del rechazo del anuncio cristiano considerado "insípido", irrelevante, ni siquiera digno de ser tomado en cuenta en el plano de la lógica racional. Para quienes, como los griegos, veían la perfección en el espíritu, en el pensamiento puro, ya era inaceptable que Dios se hiciera hombre, sumergiéndose en todos los límites del espacio y del tiempo. Por tanto, era totalmente inconcebible creer que un Dios pudiera acabar en una cruz.

    Y esta lógica griega es también la lógica común de nuestro tiempo. El concepto de apátheia indiferencia, como ausencia de pasiones en Dios, ¿cómo habría podido comprender a un Dios hecho hombre y derrotado, que incluso habría recuperado luego su cuerpo para vivir como resucitado? "Te escucharemos sobre esto en otra ocasión" (Hch 17, 32), le dijeron despectivamente los atenienses a san Pablo, cuando oyeron hablar de resurrección de los muertos. Creían que la perfección consistía en liberarse del cuerpo, concebido como una prisión. ¿Cómo no iban a considerar una aberración recuperar el cuerpo? En la cultura antigua no parecía haber espacio para el mensaje del Dios encarnado. Todo el acontecimiento "Jesús de Nazaret" parecía estar marcado por la más total necedad y ciertamente la cruz era el aspecto más emblemático.

    ¿Pero por qué san Pablo, precisamente de esto, de la palabra de la cruz, hizo el punto fundamental de su predicación? La respuesta no es difícil: la cruz revela "el poder de Dios" (cf. 1 Co 1, 24), que es diferente del poder humano, pues revela su amor: "La necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres" (1 Co 1, 25). Nosotros, a siglos de distancia de san Pablo, vemos que en la historia ha vencido la cruz y no la sabiduría que se opone a la cruz. El Crucificado es sabiduría, porque manifiesta de verdad quién es Dios, es decir, poder de amor que llega hasta la cruz para salvar al hombre. Dios se sirve de modos e instrumentos que a nosotros, a primera vista, nos parecen sólo debilidad.

    El Crucificado desvela, por una parte, la debilidad del hombre; y, por otra, el verdadero poder de Dios, es decir, la gratuidad del amor: precisamente esta gratuidad total del amor es la verdadera sabiduría. San Pablo lo experimentó incluso en su carne, como lo testimonia en varios pasajes de su itinerario espiritual, que se han convertido en puntos de referencia precisos para todo discípulo de Jesús: "Él me dijo: "Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza"" (2 Co 12, 9); y también: "Ha escogido Dios lo débil del mundo para confundir lo fuerte" (1 Co 1, 28). El Apóstol se identifica hasta tal punto con Cristo que también él, aun en medio de numerosas pruebas, vive en la fe del Hijo de Dios que lo amó y se entregó por sus pecados y por los de todos (cf. Ga 1, 4; 2, 20). Este dato autobiográfico del Apóstol es paradigmático para todos nosotros.

    San Pablo ofreció una admirable síntesis de la teología de la cruz en la segunda carta a los Corintios (cf. 2 Co 5, 14-21), donde todo está contenido en dos afirmaciones fundamentales: por una parte, Cristo, a quien Dios ha tratado como pecado en nuestro favor (v.21), murió por todos (v. 14); por otra, Dios nos ha reconciliado consigo, no imputándonos nuestras culpas (vv.18-20). Por este "ministerio de la reconciliación" toda esclavitud ha sido ya rescatada (cf. 1 Co 6, 20; 7, 23). Aquí se ve cómo todo esto es relevante para nuestra vida. También nosotros debemos entrar en este "ministerio de la reconciliación", que supone siempre la renuncia a la propia superioridad y la elección de la necedad del amor.

    San Pablo renunció a su propia vida entregándose totalmente al ministerio de la reconciliación, de la cruz, que es salvación para todos nosotros. Y también nosotros debemos saber hacer esto: podemos encontrar nuestra fuerza precisamente en la humildad del amor y nuestra sabiduría en la debilidad de renunciar para entrar así en la fuerza de Dios. Todos debemos formar nuestra vida según esta verdadera sabiduría: no vivir para nosotros mismos, sino vivir en la fe en el Dios del que todos podemos decir: "Me amó y se entregó a sí mismo por mí".
    -29 Octubre, 2008. Texto 

  • Sabemos por los Evangelios que la cruz fue el punto crítico de la fe de Simón Pedro y de los demás Apóstoles. Está claro y no podía ser de otro modo: eran hombres y pensaban «según los hombres»; no podían tolerar la idea de un Mesías crucificado. La «conversión» de Pedro se realiza plenamente cuando renuncia a querer «salvar» a Jesús y acepta ser salvado por él. Renuncia a querer salvar a Jesús de la cruz y acepta ser salvado por su cruz. …La eficacia de nuestro servicio a la Iglesia, la Esposa de Cristo, depende esencialmente de esto, de nuestra fidelidad a la realeza divina del Amor crucificado
    21 de noviembre de 2010 Texto

  • La Cruz es el "SI" de Dios a la humanidad
    "A menudo la pasión, la cruz de Jesús dan miedo, porque parecen ser la negación de la vida. En realidad, es exactamente al contrario. La cruz es el «sí» de Dios al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna. Del corazón traspasado de Jesús brotó esta vida divina. Sólo él es capaz de liberar al mundo del mal y de hacer crecer su reino de justicia, de paz y de amor, al que todos aspiramos.
    Dia mundial del enfermo" 2-2011 Texto

  • Toma Su Cruz
    28, agosto, 2011 Texto
    Jesús explica a sus discípulos que deberá «ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día» (Mt 16, 21). ¡Todo parece alterarse en el corazón de los discípulos! ¿Cómo es posible que «el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (v. 16) pueda padecer hasta la muerte? El apóstol Pedro se rebela, no acepta este camino, toma la palabra y dice al Maestro: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte» (v. 22). Aparece evidente la divergencia entre el designio de amor del Padre, que llega hasta el don del Hijo Unigénito en la cruz para salvar a la humanidad, y las expectativas, los deseos y los proyectos de los discípulos. Y este contraste se repite también hoy: cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito social, al bienestar físico y económico, ya no se razona según Dios sino según los hombres (cf. v. 23). Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no aceptar su designio de amor, casi impedirle cumplir su sabia voluntad. Por eso Jesús le dice a Pedro unas palabras particularmente duras: «¡Aléjate de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo» (ib.). El Señor enseña que «el camino de los discípulos es un seguirle a él [ir tras él], el Crucificado. Pero en los tres Evangelios este seguirle en el signo de la cruz se explica también… como el camino del “perderse a sí mismo”, que es necesario para el hombre y sin el cual le resulta imposible encontrarse a sí mismo» (cf. Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 337).

    Como a los discípulos, también a nosotros Jesús nos dirige la invitación: «El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mt 16, 24). El cristiano sigue al Señor cuando acepta con amor la propia cruz, que a los ojos del mundo parece un fracaso y una «pérdida de la vida» (cf. ib. 25-26), sabiendo que no la lleva solo, sino con Jesús, compartiendo su mismo camino de entrega. Escribe el siervo de Dios Pablo VI: «Misteriosamente, Cristo mismo, para desarraigar del corazón del hombre el pecado de suficiencia y manifestar al Padre una obediencia filial y completa, acepta... morir en una cruz» (Ex. ap. Gaudete in Domino, 9 de mayo de 1975: aas 67 [1975] 300-301). Aceptando voluntariamente la muerte, Jesús lleva la cruz de todos los hombres y se convierte en fuente de salvación para toda la humanidad. San Cirilo de Jerusalén comenta: «La cruz victoriosa ha iluminado a quien estaba cegado por la ignorancia, ha liberado a quien era prisionero del pecado, ha traído la redención a toda la humanidad» (Catechesis Illuminandorum XIII, 1: de Christo crucifixo et sepulto: PG 33, 772 b).

  • Benedicto XVI y la Cruz>>

Papa Francisco

  • El mismo Pedro que ha confesado a Jesucristo, le dice: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Te sigo, pero no hablemos de cruz. Esto no tiene nada que ver. Te sigo de otra manera, sin la cruz. Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.

    Quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el valor, precisamente el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, derramada en la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará.

    Deseo que el Espíritu Santo, por la plegaria de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda a todos nosotros esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. -Primera homilia Texto

  • "Have courage, precisely the courage, to walk in the Lord’s presence, with the cross of the Lord; to build the Church upon the blood of the Lord, which was poured out on the cross; and to confess the only glory there is: Christ crucified. And in this way the Church will go forward.

    My prayer for all of us is that the Holy Spirit, through the intercession of the Blessed Virgin Mary, our Mother, will grant us this grace: to walk, to build, to profess Jesus Christ crucified. Amen.

    Homily during the "Pro Ecclessia" Mass, March 14, 2013
    Texto

  • Quisiera que todos,…tengamos el valor, precisamente el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, derramada en la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará.

    Deseo que el Espíritu Santo, por la plegaria de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda a todos nosotros esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado March 14, 2013
    Pro Ecclessia Mass Texto

  • Miedo a la Cruz
    Pero no sólo los discípulos, no sólo Pedro, ¡el mismo Jesús tenía miedo de la Cruz! Él no podía engañarse. Él sabía. Tanto era el miedo de Jesús que esa noche del jueves sudó sangre; tanto era el miedo de Jesús que casi dijo lo mismo que Pedro, casi… ‘¡Padre, quítame este cáliz! ¡Hágase tu voluntad!’. ¡Esta era la diferencia!”.
    La Cruz nos da miedo también en la obra de la evangelización, pero – observó el Papa – está la “regla” de que “el discípulo no es más grande que el Maestro. Está la regla de que no hay redención sin efusión de la sangre”, no hay obra apostólica fecunda sin la Cruz:
    Quizá nosotros pensamos, cada uno de nosotros puede pensar: “¿Y a mí, a mí qué me sucederá? ¿Cómo será mi Cruz?”. No sabemos. No sabemos, ¡pero existirá! Debemos pedir la gracia de no huir de la Cruz cuando llegue: ¡con miedo, eh! ¡Esto es verdad! Esto nos causa miedo. Pero el seguimiento de Jesús termina allá. Me vienen a la mente las últimas palabras que Jesús dijo a Pedro, en aquella coronación pontificia en el Tiberiades: “¿Me amas? ¡Apacienta! ¿Me amas? ¡Apacienta!”… Pero las últimas palabras fueron: “¡Te llevarán a donde tú no querrás ir!”. La promesa de la Cruz. Texto

  • Pensemos mucho en el dolor de Jesús y digamos a nosotros mismos: esto es por mí. Incluso si yo hubiese sido la única persona en el mundo, Él lo habría hecho. Lo hizo por mí. Besemos el crucifijo y digamos: por mí, gracias Jesús, por mí.

    Cuando todo parece perdido, cuando ya no queda nadie porque herirán «al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño» (Mt 26, 31), es entonces cuando Dios interviene con el poder de la resurrección. La resurrección de Jesús no es el final feliz de una hermoso cuento, no es el happy end de una película; sino la intervención de Dios Padre allí donde se rompe la esperanza humana. Texto

  • las cinco llagas». Y «Jesús quiso llevarlas al cielo para rogar por nosotros, para mostrarle al Padre el precio», como si dijese: «Este es el precio, ahora no los dejes solos, ayúdales».

    Y al rezar pidamos: Jesús ayúdame, Jesús dame fuerza, resuelve este problema, perdóname». Rezar así, precisó, «está bien», pero al mismo tiempo no hay que olvidar decir también: «Jesús ruega por mí, muestra al Padre tus llagas que son también las mías; son las llagas de mi pecado, son las llagas de mi problema en este momento». Así Jesús es el «intercesor que sólo muestra al Padre las llagas: esto sucede hoy, en este momento». Texto

  • Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado -3 Mayo 2014 Texto

  • Quien confía en Jesús crucificado recibe la misericordia de Dios que cura del veneno mortal del pecado. Texto 

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cross

Sufrir por Amor

  • Colosenses 1:24
    Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando, en mi propio cuerpo, lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo.

  • Participamos en los sufrimiento de Cristo y en Su consuelo (amor)

    • 2 Corintios 1:5-7 "Así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.

    • Observa lo que San Pablo enseña:
       1-Cristo sufre para consolar (amar) a Pablo.
         -Para recibirlo, Pablo debe compartir el sufrimiento de Cristo.  
         -Cristo y Pablo ahora son uno.
       2-Pablo ahora puede sufrir para consolar a los Corintios.
          -Para recibirlo, los Corintios deben compartir el sufrimiento de Pablo.
          -Cristo, Pablo y los Corintios se hacen uno
      Asi se edifica el Cuerpo de Cristo. Es una cadena de sufrimiento y consuelo (amor). Nadie puede insertarse en la cadena sin aceptar el sufrimiento y el consuelo .
       

  • Santa Teresa de Avila: "A quien le amare mucho, verá que puede padecer mucho por El; al que amare poco, poco. Tengo yo para mí, que la medida del poder llevar gran cruz o pequeña, es la del amor." - Camino de Perfección (redacción Valladolid, cap. 32,5.9

    Así que, hermanas, si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que Su Majestad quisiere...Porque sin dar nuestra voluntad del todo al Señor para que haga en todo lo que nos toca conforme a ella, nunca deja beber de ella (fuente del agua viva).

  • Santa Faustina: "Hay un solo precio con el cual se compran las almas, y este es el sufrimiento unido a Mi sufrimiento en la cruz. El amor puro comprende estas palabras, el amor carnal no las comprendera nunca" -Diario 324

  • ¡Gozo en el Sufrimiento!
    • 1 Pedro 1:6-7
      "Ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente: así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo."
    • 1 Pedro 4:12-16
      "Queridos míos, no se extrañen de la violencia que se ha desatado contra ustedes para ponerlos a prueba, como si les sucediera algo extraordinario. 13 Alégrense en la medida en que puedan compartir los sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su gloria, ustedes también desbordarán de gozo y de alegría. 14 Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes. 15 Que nadie tenga que sufrir como asesino, ladrón, malhechor o delator. 16 Pero si sufre por ser cristiano, que no se avergüence y glorifique a Dios por llevar ese nombre.
 
 

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