Mirada de Jesús
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"Pero ¿cómo era esta mirada de Jesús?". La respuesta es: "No era una mirada mágica", porque Cristo "no era un especialista en hipnosis", sino algo muy distinto. Basta pensar en "cómo miraba a los enfermos y los curaba" o en "cómo miraba a la multitud que le conmovía, porque la sentía como ovejas sin pastor". Y el santo padre explica que para tener una respuesta al interrogante inicial es necesario reflexionar no sólo en "cómo miraba Jesús", sino también en "cómo se sentían mirados" los destinatarios de aquellas miradas. Porque, explicó, "Jesús miraba a cada uno" y "cada uno se sentía mirado por Él", como si llamara a cada uno por su proprio nombre.

Por esto la mirada de Cristo "cambia la vida". A todos y en toda situación. También -añadió el Papa Francisco- en los momentos de dificultad y de desconfianza. Como cuando pregunta a sus discípulos: ¿también vosotros queréis iros? Lo hace mirándoles "a los ojos y ellos han recibido el aliento para decir: no, vamos contigo"; o como cuando Pedro, tras haber renegado de Él, encontró de nuevo la mirada de Jesús "que le cambió el corazón y le llevó a llorar con tanta amargura: una mirada que cambiaba todo". Y finalmente está "la última mirada de Jesús", aquella con la que, desde lo alto de la cruz, "miró a su mamá, miró al discípulo": con aquella mirada "nos dijo que su mamá era la nuestra: y la Iglesia es madre". Por este motivo "nos hará bien pensar, orar sobre esta mirada de Jesús y también dejarnos mirar por Él".

El papa Francisco volvió a la escena evangélica, que prosigue con Jesús sentado a la mesa con publicanos y pecadores. "Se corrió la voz y toda la sociedad, pero no la sociedad 'limpia', se sintió invitada a aquel almuerzo", comentó el santo padre, porque "Jesús les había mirado y esa mirada sobre ellos fue como un soplo sobre las brasas; sintieron que había fuego dentro"; y experimentaron también "que Jesús les hacía subir", les alzaba, "les devolvía a la dignidad", porque "la mirada de Jesús siempre nos hace dignos, nos da dignidad".

Y el papa identificó una última característica en la mirada de Jesús: la generosidad. Es un maestro que come con la suciedad de la ciudad, pero que sabe también cómo "bajo aquella suciedad estaban las brasas del deseo de Dios", deseosas de que alguno las "ayudara a prenderse fuego". Y esto es lo que hace precisamente "la mirada de Jesús": entonces como hoy. "Creo que todos nosotros en la vida -dijo el Papa Francisco- hemos sentido esta mirada y no una, sino muchas veces. Tal vez en la persona de un sacerdote que nos enseñaba doctrina o nos perdonaba los pecados, tal vez en la ayuda de personas amigas". Y sobre todo "todos nosotros nos encontraremos ante esa mirada, esa mirada maravillosa". Por esto vayamos "adelante en la vida, en la certeza de que Él nos mira y nos espera para mirarnos definitivamente. Y esa última mirada de Jesús sobre nuestra vida será para siempre, será eterna". Para hacerlo se puede pedir ayuda en la oración a todos "los santos que fueron mirados por Jesús", a fin de que "nos preparen para dejarnos mirar en la vida y nos preparen también para esa última mirada de Jesús".

 



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