DAME DE BEBER

Yo también infeliz Samaritana
le hallé en el pozo de Jacob un día,
y el agua que con ansias me pedía,
muerto de sed se la negué inhumana.

Aun fue mas ruin mi proceder liviano,
pues yo sin saber lo que me hacía,
rechace la que El mismo me ofrecía,
en el hueco amoroso de Su mano.

Ni una gota te di, ni yo tampoco
calmar pude oh Jesús, mi sed interna.
Ah, dame de beber que he sido un loco,
y aunque es mi corazón seca sisterna,
mana el Tuyo un raudal que poco a poco
me da por cinco fuentes vida eterna

Padre Abraham Gil S.J.

 

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen