El Santuario de la Divina Misericordia

En la colina de Lagiewniki, próxima a la ciudad de Cracovia, está el Santuario de la Divina Misericordia, antigua capilla del Convento de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia. Allí, en un altar lateral bajo el cuadro de Jesús Misericordioso, están las reliquias de Santa Faustina Kowalska, autora del libro "Diario. La Divina Misericordia en mi alma"; a quien el Papa Juan Pablo II llamó apóstol de la Divina Misericordia, y quien vivió y murió en éste Convento.

En su juventud, el Papa Juan Pablo II, camino a su trabajo en las canteras de la fábrica Solvay, pasaba junto al Santuario todos los días.

En el año 2002 Juan Pablo II visitó Cracovia, la ciudad en la que también fue Arzobispo, y consagró la nueva Basílica de la Divina Misericordia, construida junto al Santuario y al Convento. Junto a ella se ha proyectado también una Casa de Retiro, una Casa del Peregrino y estacionamientos. Estas son palabras del Papa: "En este santuario encomiendo hoy solemnemente el mundo a la Misericordia Divina, y lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado desde aquí por Santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene los corazones de esperanza" (Juan Pablo II, 17-8-2002).

En el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia de 2003, el Santo Padre dirigió unas palabras a las personas reunidas en torno a este Santuario. Desde el Vaticano, antes del Regina Coeli, les dijo: "Hoy nos unimos en la oración con el santuario de la Misericordia divina en Lagiewniki, Cracovia, pidiendo las gracias necesarias para nosotros y para el mundo entero".

Para conocer más la historia del santuario, a continuación leemos un escrito tomado del Epílogo del libro Biografía de Sor Faustina, escrito por la Hermana Sophia Michalenko, C.M.G.T.

Muy pocos de los miembros de la comunidad habían tenido alguna idea de las experiencias místicas extraordinarias de Sor Faustina. Se la nombró escasamente en los dos años que siguieron a su muerte. Entonces, la devoción a la Divina Misericordia comenzó a extenderse en Vilnius, y el nombre de la hermana se empezó a mencionar en relación con ella. Noticia de esto llegó a las hermanas en las distintas casas de la congregación, y comenzaron a hacer preguntas. Por consiguiente, en 1941, la Madre Micaela Morazczewska quien todavía era la Superiora General de la congregación, sintió que éste era el momento oportuno para enterar a las hermanas oficialmente de la misión de Sor Faustina. Ella lo hizo mientras visitaba las casas a las cuales tenía acceso durante la ocupación nazi de Polonia.

Las hermanas se llenaron de asombro. "Ella era tan humilde", dijo una, "Ella no sobresalía entre nosotras; era una de nosotras pero más virtuosa, más recogida, y más unida a Dios. Cuando después de su muerte conocimos las grandes cosas que Dios había logrado en ella y a través de ella, no lo pudimos creer".

Esta devoción por sí misma le era familiar a las hermanas y a las niñas bajo su cuidado. El folleto del Padre Sopocko, que contenía la Novena, la Letanía y la Corona de la Divina Misericordia, había sido usado por ellas durante por lo menos dos años; pero ellas no tenían idea que Sor Faustina era la autora de aquellas oraciones. Las estampas santas de la imagen con la corona impresa al reverso, también eran conocidas; Sor Irene se los había distribuido a las hermanas.

A pesar de que Sor Irene fue muy cautelosa en la expansión de esta devoción, cuando llegó a ser Superiora en Cracovia, en septiembre de 1937, ella obtuvo un pequeño cuadro de la Divina Misericordia, el cual fue colocado sobre el altar de San José. Viendo que las hermanas y niñas se dirigían a la imagen con gran respeto y devoción, decidió obtener un cuadro más grande para la capilla.

La misión de Sor Faustina verdaderamente comenzó después de su muerte, tal y como ella lo había dicho. Durante la guerra, la capilla del convento estuvo abierta al público. De ahí en adelante, su cripta fue visitada por gentes de todos los ámbitos de la sociedad, quienes deseaban pedir su intercesión, agradecerle por una gracia recibida, o simplemente orar.

En Lagiewniki, la devoción a la Divina Misericordia llegó a ser muy fuerte relacionándose con la persona de Sor Faustina.

Los que venían a orar ante la imagen del capilla del convento, inevitablemente iban también a la cripta de Sor Faustina. La devoción se difundió fácilmente por toda Polonia. El factor predominante, fue sin duda, la necesidad que se sintió en este tiempo. El mensaje de Sor Faustina fue encontrado oportuno para ese entonces. Las hermanas y niñas sintieron su amor y preocupación por Polonia. Ellas contaban a la gente que visitaban la cripta y la capilla, sobre la predicción de la guerra que había hecho Sor Faustina. Los visitantes a su vez, les hablaban a otros acerca de estas predicciones. El convento en Lagiewniki llegó a ser el centro principal a la Devoción a Divina Misericordia. Los fieles llegaban al convento solicitando estampas benditas, novenas, coronas y letanías de la Divina Misericordia. Con el permiso de las autoridades de la Iglesia, la devoción especial a la Divina Misericordia tuvo lugar cada tercer domingo del mes, y el domingo después de Pascua, fue celebrada como la Fiesta de la Divina Misericordia. Cada vez más se realizaban entronizaciones solemnes de la imagen de la Divina Misericordia, en varios templos e instituciones católicas. El permiso fue dado por los obispos de varias Diócesis de Polonia y fueron publicadas las estampas y oraciones de la Divina misericordia. Para 1957, hubieron 130 centros de esta devoción en Polonia solamente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, desde el año 1940 en adelante, la Devoción a la Divina Misericordia llegó a ser un escudo de fuerza y esperanza para muchos, especialmente para aquellos que estaban en los numerosos campos de concentración por toda Polonia, y aún más allá de sus fronteras. Con el tiempo, fue practicada por los soldados y refugiados de todas partes del mundo. La Novena, Letanías y Corona, fueron muy pronto traducidas en otras lenguas. Los centros más dinámicos se desarrollaron en Francia, Estados Unidos y Australia.

Los Palotinos y las congregaciones Marianas fueron los principales promotores de la devoción, gracias a todos los favores recibidos por algunos de los miembros.

El creciente éxito y expansión de la devoción en los años ́50 parecía ser una contradicción a la profecía de Sor Faustina escrita en su diario, en 1935:

"Una vez, mientras hablaba con el director de mi alma, en un relámpago más veloz que el de un rayo, vi interiormente su alma en gran sufrimiento, en tal tormento que son pocas las almas a las cuales Dios prueba con este fuego. Este sufrimiento se debe a esta obra. Llegará un momento en que esta obra que Dios recomienda tanto, parecerá ser completamente destruida, y de repente Dios intervendrá con gran fuerza que dará el testimonio de la veracidad. Será un nuevo esplendor para la Iglesia, a pesar de haber estado adormecida desde hace mucho tiempo.

Nadie puede negar que Dios es infinitamente misericordioso; Él desea que todos lo sepan; antes de volver como Juez, desea que las almas lo conozcan como Rey de Misericordia. Cuando venga este triunfo, nosotros estaremos ya en la nueva vida, en la que no hay sufrimientos, pero antes tu alma será saturada de amargura al ver la destrucción de tus esfuerzos. Sin embargo esta destrucción es solo aparente, ya que Dios no cambia lo que ha establecido una vez. Pero aunque la destrucción será aparente, el sufrimiento será real. )Cuándo sucederá esto? No sé. )Cuánto tiempo durará? No sé. Pero Dios ha prometido una gracia, especialmente a ti y a todos los que proclamen esta gran Misericordia mía. Yo mismo los defenderé a la hora de la muerte como Mi gloria aunque los pecados de las almas sean negros como la noche; cuando un pecador se dirige a Mi Misericordia, Me rinde la mayor gloria y es un honor para Mi Pasión. Cuando un alma exalta Mi bondad, Satanás tiembla ante ella y escapa al abismo del infierno". (378)

La primera parte de esta profecía se cumplió casi literalmente, cuando la Sagrada Congregación, actuando sobre datos insuficientes e incompletos en lo concerniente a las revelaciones, por una notificación fechada Marzo 6 de 1959, prohibió la propagación de la Devoción de la Divina Misericordia y las formas propuestas por Sor Faustina. La incautación de las imágenes de la Divina Misericordia de los templos, donde habían sido expuestas para veneración pública, fue dejada a la prudencia de los obispos.

Como resultado, las imágenes fueron removidas de muchos templos, y algunos sacerdotes suprimieron la predicación acerca de la Divina Misericordia. El mismo Padre Sopocko, fue amonestado severamente por la Sagrada Congregación, y sufrió muchas otras tribulaciones en relación con la propagación de esta devoción. También se les prohibió propagar esta devoción a las hermanas de la Congregación de Nuestra Señora de la Divina Misericordia.

Las imágenes, la corona, la novena y cualquier otra cosa que sugiriera la propagación de la devoción, fueron retiradas. Se creyó que la obra de la Misericordia, tan urgentemente recomendada por Nuestro Señor a Sor Faustina, sería completamente destruida.

Las Hermanas de Nuestra Señora de la Divina Misericordia en Lagiewniki, en vista de la prohibición de la Sagrada Congregación, se dirigieron al ordinario de la Arquidiócesis de Cracovia, el Arzobispo
Baziak, preguntándole qué se debería hacer con la imagen que colgaba de un lado del altar, cubierta con muchas ofrendas, y que es lo que ellas deberían hacer acerca de las celebraciones en honor de la Divina Misericordia.

En su contestación, el Arzobispo ordenó que la imagen permaneciera donde estaba, y que a los fieles se les fuese permitido orar solicitando gracias delante de ella. También ordenó que las celebraciones que existían fuesen mantenidas. De esta manera, la Devoción a la Divina Misericordia pasó la prueba en este pequeño centro comunitario en Cracovia, donde el cuerpo de Sor Faustina fue enterrado.

Mientras tanto, en 1963, el Cardenal Ottaviani, Prefecto de la Santa Sede, demostró gran interés en promover la misión de Sor Faustina. Él le pidió al Arzobispo Karol Wojtyla, promotor de la causa de la Beatificación de Sor Faustina, que actuara rápidamente antes de que todos los testigos murieran. Consecuentemente, veintisiete años después de la muerte de Sor Faustina, en Octubre 21 de 1965, el Obispo Julian Groblicki, especialmente delegado por el Arzobispo Wojtyla, comenzó con una sesión solemne el proceso de información en relación a la vida y virtudes de Sor Faustina, quien desde entonces llevaría el título de "Sierva de Dios". Como parte de este proceso, los restos de Sor Faustina fueron exhumados y transferidos desde el cementerio a la capilla del convento, el 25 de noviembre de 1966. El nuevo ascendido Cardenal Karol Wojtyla concluyó el proceso de información en la Diócesis de Cracovia con una sesión solemne el 20 de septiembre de 1967. Las Actas del Proceso de Información fueron recibidas en Roma por la Sagrada Congregación para Las Causas de los Santos en Enero 26 de 1968, y por un Decreto de la misma Sagrada Congregación, en Enero 31 de 1968. El Proceso de Beatificación de la Sierva de Dios Sor Faustina Kowalska fue inaugurado oficialmente.

En abril 15 de 1978, después de una profunda investigación de los documentos originales (los cuales anteriormente no estaban disponibles), la Sagrada Congregación cambió completamente su notificación de 1959. Después de una censura por veinte años, nuevamente permitió la propagación de la Devoción de la Divina Misericordia, de acuerdo a las maneras propuestas por Sor Faustina. La persona principalmente responsable de este cambio total fue el Cardenal Karol Wojtyla, quien seis meses más tarde en Octubre 16, 1978, fue ascendido a la sede de San Pedro tomando el nombre de Juan Pablo II. A partir de este momento se daría cumplimiento a la segunda parte de la profecía antes mencionada. En Mayo de 1938, Sor Faustina escribió en su Diario: “Cuando estuve rezando por Polonia, yo oí estas palabras: “Yo llevo un amor especial por Polonia y si ella es obediente a Mi Voluntad, Yo la exaltaré en Poder y Santidad. De ella saldrá la chispa que preparará al mundo para Mi venida final”. (1732)

La Fundación del Santuario de la Divina Misericordia

En su visita al Santuario de la Divina Misericordia el 7 de junio del año 1997, Su Santidad Juan Pablo II, declaró: “Lagiewniki es la capital del culto a la Divina Misericordia. Fue aquí donde se origino el mensaje de la Divina Misericordia, que Cristo mismo deseo pasar a nuestra generación, por la mediación de la Beata Sor Faustina.”

El convento de la Congregación de las Hermanas de la Madre de la Misericordia en Cracow-Lagiewniki, es el custodio del Santuario de la Divina Misericordia y de las reliquias de Santa Maria Faustina. El Santuario de la Divina Misericordia es visitado anualmente por millones de peregrinos que acuden de todas partes de Polonia y de todos los continentes. El santuario recibe miles de cartas con pedidos de oración y de acción de gracias por favores recibidos a través de la intercesión de Santa María Faustina. Algunos de los favores recibidos son: sanaciones físicas, reconciliación entre las familias, liberación de las drogas y alcoholismo, liberación de sectas, y muchas conversiones. El Santuario es un lugar donde se proclama el gran mensaje de la Misericordia de Dios, se reza para que el Señor derrame su misericordia en el mundo, y se hacen actos de misericordia.

Se ha visto una necesidad urgente de construir una basílica y un centro pastoral para acoger a los peregrinos y apóstoles de la Divina Misericordia. Por esta razón el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Franciszek Macharski, creó la Fundación del Santuario de la Divina Misericordia que desde 1997 comenzó a recaudar fondos para tan grande empresa.

El diseño de la basílica fue encargado al Profesor Witold Ceckiewicz de la Universidad Tecnológica de Cracovia. El 7 de Junio de 1997 el modelo del diseño par la nueva basílica fue presentada a Su Santidad Juan Pablo II, quien lo aprobó con su propia firma.
 

El Sábado 17 de agosto de 2002, el Santo Padre, consagró e inauguró la Nueva Basílica. Éstas son algunas palabras de su homilía: “Oh inconcebible e insondable misericordia de Dios, ¿quién te puede adorar y exaltar de modo digno? Oh sumo atributo de Dios omnipotente, tú eres la dulce esperanza de los pecadores” (Diario, 951, ed. it. 2001, p. 341).
1. Repito hoy estas sencillas y sinceras palabras de Santa Faustina, para adorar juntamente con ella y con todos vosotros el misterio inconcebible e insondable de la misericordia de Dios. Como ella, queremos profesar que, fuera de la misericordia de Dios, no existe otra fuente de esperanza para el hombre. Deseamos repetir con fe: Jesús, en ti confío.
De este anuncio, que expresa la confianza en el amor omnipotente de Dios, tenemos particularmente necesidad en nuestro tiempo, en el que el hombre se siente perdido ante las múltiples manifestaciones del mal. Es preciso que la invocación de la misericordia de Dios brote de lo más íntimo de los corazones llenos de sufrimiento, de temor e incertidumbre, pero, al mismo tiempo, en busca de una fuente infalible de esperanza. Por eso, venimos hoy aquí, al santuario de Lagiewniki, para redescubrir en Cristo el rostro del Padre: de aquel que es "Padre misericordioso y Dios de toda consolación" (2 Co 1, 3). Con los ojos del alma deseamos contemplar los ojos de Jesús misericordioso, para descubrir en la profundidad de esta mirada el reflejo de su vida, así como la luz de la gracia que hemos recibido ya tantas veces, y que Dios nos reserva para todos los días y para el último día.
3. Con este mismo espíritu de fe he venido a Lagiewniki, para dedicar este nuevo templo, convencido de que es un lugar especial elegido por Dios para derramar la gracia de su misericordia. Oro para que esta iglesia sea siempre un lugar de anuncio del mensaje sobre el amor misericordioso de Dios; un lugar de conversión y de penitencia; un lugar de celebración de la Eucaristía, fuente de la misericordia; un lugar de oración y de imploración asidua de la misericordia para nosotros y para el mundo. Oro con las palabras de Salomón: "Atiende a la plegaria de tu siervo y a su petición, Señor Dios mío, y escucha el clamor y la plegaria que tu siervo hace hoy en tu presencia, que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta casa. (...) Oye, pues, la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y perdona" (1 R 8, 28-30).
4. Creo firmemente que en este nuevo templo las personas se presentarán siempre ante Dios en Espíritu y en verdad. Vendrán con la confianza que asiste a cuantos abren humildemente su corazón a la acción misericordiosa de Dios, al amor que ni siquiera el pecado más grande puede derrotar. Aquí, en el fuego del amor divino, los corazones arderán anhelando la conversión, y todo el que busque la esperanza encontrará alivio.
(Cuánta necesidad de la misericordia de Dios tiene el mundo de hoy!
Por eso hoy, en este santuario, quiero consagrar solemnemente el mundo a la Misericordia divina. Lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza. Que este mensaje se difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo. Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir "la chispa que preparará al mundo para su última venida" (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero.
¡Sed testigos de la misericordia!
 

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