Oraciones de Acción de Gracias
Después de la Comunión


Acción de gracias después de la Comunión
Papa Clemente XI

Creo en Ti, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza;
espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza;
te amo, Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente;
estoy arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor.

Te adoro, Señor, porque eres mi Creador
y te anhelo porque eres mi último fin;
te alabo porque no te cansas de hacerme el bien
y me refugio en Ti, porque eres mí protector.

Que tu sabiduría, Señor, me dirija
y tu justicia me reprima;
que tu misericordia me consuele
y tu poder me defienda.

Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, para que se dirijan a, Ti;
te ofrezco mis palabras, para que hablen de Ti;
te ofrezco mis obras, para que todo lo haga por Ti;
te ofrezco mis penas, para qué las sufra por Ti.

Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo
precisamente porque lo quieres Tú,
quiero como lo quieras Tú,
y durante todo el tiempo que lo quieras Tú.

Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento,
que inflames mi voluntad,
que purifiques mi corazón
y santifiques mi alma.

Ayúdame a apartarme de mis pasadas iniquidades,
a rechazar las tentaciones futuras,
a vencer mis inclinaciones al mal
y
a cultivar las virtudes necesarias.

Concédeme, Dios de bondad, amor a Ti,
odio a mí,
celo por el prójimo
desprecio a lo mundano.

Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores,
ser comprensivo con mis inferiores,
saber aconsejar a mis amigos
y perdonar con mis enemigos.

Que venza la sensualidad con la mortificación,
con generosidad la avaricia,
con bondad la ira,
con fervor la tibieza.

Que sepa tener prudencia, Señor, al aconsejar,
valor frente a los peligros,
paciencia, en las dificultades,
humilde en la prosperidad.

Concédeme, Señor, atención al orar,
sobriedad al comer,
responsabilidad en mi trabajo
y firmeza en mis propósitos.

Ayúdame a conservar la pureza de alma,
a ser modesto en mis actitudes,
ejemplar en mis conversaciones
y a llevar una vida ordenada.

Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos,
para fomentar en mí tu vida de gracia,
para cumplir tus mandamientos
y obtener la salvación.

Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno,
la grandeza de lo divino,
la brevedad de esta vida
y la eternidad de la futura.

Concédeme una buena preparación para la muerte
y un santo temor al juicio,
para librarme del infierno
y alcanzar el paraíso.

Por Cristo nuestro Señor. Amén


Acción de gracias después de la Comunión
Santo Tomás de Aquino

Gracias te doy, 
Señor Santo, Padre Todopoderoso,
Dios eterno, porque a mí, pecador,
indigno siervo tuyo,
sin mérito alguno de mi parte,
sino por pura concesión de tu misericordia,
te has dignado alimentarme
con el precioso Cuerpo y Sangre
de tu Unigénito Hijo 
mi Señor Jesucristo.

Suplícote, que esta Sagrada Comunión
no me sea ocasión de castigo,
sino intercesión saludable para el perdón;
sea armadura de mi fe,
escudo de mi voluntad,
muerte de todos mis vicios,
exterminio de todos mis carnales apetitos
y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad,
y de todas las virtudes:
sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu,
firme defensa contra todos mis enemigos
visibles e invisibles,
perpetua unión contigo,
único y verdadero Dios,
y sello de mi muerte dichosa.

Ruégote, que tengas por bien
llevar a este pecador a aquel convite inefable,
donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo,
eres para tus santos, luz verdadera,
satisfacción cumplida, 
gozo perdurable, 
dicha consumada Y felicidad perfecta.

Por el mismo Cristo Nuestro Señor.  Amén


Acción de gracias después de la Comunión
SAN BUENAVENTURA

Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío,
la médula de mi alma
con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor;
con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica,
a fin de que mí alma desfallezca y se derrita
siempre sólo en amarte y en deseo de poseerte:
que por Ti suspire, y desfallezca por hallarse
en los atrios de tú Casa;
anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo.

Haz que mi alma tenga hambre de Ti,
Pan de los Ángeles, alimento de las almas santas,
Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza,
de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite.

Oh Jesús, en quien se desean mirar los Ángeles:
tenga siempre mi corazón hambre de Ti, 
y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor;
tenga siempre sed de Ti, fuente de vida,
manantial de sabiduría y de ciencia,
río de luz eterna, torrente de delicias,
abundancia de la Casa de Dios:
que te desee, te busque, te halle;
que a Ti vaya y a Ti llegue; en Ti piense, de Ti hable,
y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre,
con humildad y discreción,
con amor y deleite, con facilidad y afecto,
con perseverancia hasta el fin;
para que Tú solo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, 
mi riqueza, mi deleite, mi contento,
mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz,
mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida,
mi alimento, mi refugio, mi, auxilio,
mi sabiduría, mi herencia, 
mi posesión, mi tesoro,
en el cual esté siempre fija y firme
e inconmoviblemente arraigada mi alma y mi corazón. Amén.



 ACCIÓN  DE  GRACIAS
PARA  DESPUÉS  DE  LA  COMUNIÓN

¡Bienvenido a mi alma, Jesús mío!

Creo firmemente que estás en mi corazón con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; por eso te adoro con profunda reverencia, porque eres mi Dios y Salvador.

            Me uno a la Virgen María, a los Ángeles y a los Santos para adorarte, bendecirte y glorificarte como Tú mereces. Te doy gracias porque estás en mí, comunicándome tu vida sobrenatural y divina, porque me santificas con tu presencia.

            Gracias, Señor, por haberme creado, por la vida y la salud que tengo; por haberme salvado y redimido con tu muerte y resurrección, por haberme hecho cristiano católico, por haberme dado una Madre tan buena y cariñosa como María.

            Te doy las gracias porque me llamas a ser santo, lo más parecido posible a Ti. Dame los dones de tu Santo Espíritu y hazme dócil a sus impulsos e inspiraciones. Te agradezco todo lo que soy y tengo, porque lo he recibido de Ti.

          Yo creo en Ti, Señor, pero aumenta mi fe; espero en Ti, pero fortalece mi esperanza; yo te quiero, Jesús, pero haz que te quiera cada día más. Tú, que eres manso y humilde de corazón, haz mi corazón como el tuyo. Hazme alegre, sencillo, paciente, comprensivo y puro. Ahora que estás dentro de mí limpia mi corazón de todo apego desordenado, sana mis heridas del pasado, mis rencores y resentimientos; haz que sepa perdonar, pedir perdón y amar incluso a mi enemigo.
(continúa)

           Dame tu luz y tu fortaleza para vencer las tentaciones del demonio y no permitas que caiga en ningún pecado mortal. Ayúdame a cumplir con constancia y fidelidad mis obligaciones y tareas.

             Te pido por el Papa, los Obispos, los Sacerdotes y Religiosos de la Iglesia: que cada día sean más santos y nos acerquen a Ti.

            Bendice a mis abuelos, a mis papás y a mis hermanos: que todos formemos una familia unida en la oración y en el amor a Ti. Ayuda a los matrimonios rotos y a las familias divididas. Ilumina a nuestros gobernantes, legisladores y políticos. 

Te pido por la paz en el mundo, por los que pasan hambre y sed, por los que no tienen casa donde vivir, por los que no tienen trabajo, por lo enfermos y los que sufren; por los que no creen en Ti, por los que no te quieren; por la conversión de todos los pecadores; por los ancianos, los jóvenes y los niños; por los agonizantes ...

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a Ti,
para que con tus Santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén.

-Aportado por el Padre Jose Joaquín Morales, Sacerdote español misionero en Argentina.

 


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