Alejandro AlejandriaSan Alejandro
Patriarca de Alejandría, C. 250 - 326
 - 26 de febrero

San Alejandro, patriarca de Alejandríasiglo fue el primero en condenar e iniciar la oposición a la herejía de Arrio. También fue el formador de San Atanasio quien fue su sucesor y el portavoz de la ortodoxia católica en las luchas contra el arrianismo.

Sobre San Alejandro escribieron los historiadores Sócrates, Sozomeno y Teodoreto de Ciro. Tambien San Atanasio.

Hombre afable, amoroso con todos y en particular para con los pobres. Buscaba la conciliación pero al mismo tiempo sabía que no podía callarse ante errores que ponían en peligro la fe.

Alejandro fue al principio protector de Arrio. Fue gracias a su apoyo que Arrio fue ordenado sacerdote en la sede de Alejandría. Mas tarde Alejandro es nombrado obispo y Arrio mantuvo durante los primeros años relaciones cordiales con su obispo.

Alejandro tenía predilección por los cristianos que se retiraban del mundo y se entregaban al servicio de Dios en la soledad. Era el tiempo en que muchos iban al desierto en Egipgo como anacoretas.  Estos seguían el ejemplo de San Pablo, primer ermitaño, de San Antonio y otros.

Promovió la paz de las iglesias del Egipto, a pesar de la oposición que ofrecieron algunos en la cuestión sobre el día de la celebración de la Pascua y, sobre todo, de las dificultades promovidas por los melecianos, que persistían en el cisma, negando la obediencia al obispo legítimo.

Al surgir duda sobre la validez de los bautismo hechos por un niño llamado Atanasio,  San Alejandro resolvió favorablemente la controversia, constituyéndose desde entonces en protector de aquel niño, que se convirtió con el tiempo en su santo sucesor.

Frente al arrianismo

La mas importante actuación de San Alejandro fue en referencia a la herejía de Arrio llamada arrianismo. Ya antes del año 318, comenzó a manifestar Arrio su oposición al patriarca Alejandro, especialmente referente a la doctrina. Mientras Alejandro sostenía con la ortodoxia la divinidad del Hijo y su igualdad perfecta con el Padre, Arrio sostenía que no existe más que un solo Dios, que es el Padre, eterno, perfectísimo e inmutable, y, por consiguiente, el Hijo o el Verbo no es eterno, sino que tiene principio, ni es de la misma naturaleza del Padre, sino que es criatura.

 Arrio honraba a Cristo reconociendo muchas de sus excelencias pero no reconocía que fuese persona divina.

Arrio esparció sus ideas con reserva al principio pero con el tiempo su herijía fue mas patente. San Alejandro tomo muy en serio su deber sagado de enfrentar el error. Dirigió a Arrio amonestaciones paternales llenas de caridad pero este no hizo caso. 

San Alejandro entonces reunió un sínodo en Alejandría el año, 320, en el que tomaron parte un centenar de obispos, e invitó a Arrio a presentar su doctrina. Este fue condenado por unanimidad. Los obispos lanzaron un anatema contra el arrianismo. Pero Arrio, lejos de someterse, fue a Palestina y luego a Nicomedia, donde se presentó como inocente perseguido y criticó a su obispo Alejandro. Hizo notables conquistas, particularmente la de Eusebio de Nicomedia.

Entre tanto, continuaba San Alejandro la campaña contra el arrianismo. Escribió algunas cartas, de las que se conservan dos. En ellas se deduce el verdadero carácter de este gran obispo, lleno de dulzura y suavidad pero firme y decidido en defensa de la verdadera fe cristiana.

Por su parte, Arrio y sus adeptos continuaron su propagación de la herejía. Eusebio de Nicomedia y Eusebio de Cesarea lo apoyaban en la corte de Constantino. Trataron de restablecer a Arrio en Alejandría y hacer retirar el anatema lanzado contra él. Pero San Alejandro, ponía como condición indispensable la retractación pública de su doctrina. Compuso una síntesis de la herejía arriana para exponer sus graves errores.

El emperador Constantino interviene directamente en la controversia. Envió cartas a Arrio y a Alejandro expresando su deseo de unión religiosa, por lo que les exhortaba a renunciar cada uno a sus puntos de vista en bien de la paz. El gran obispo Osio de Córdoba, confesor de la fe y consejero religioso de Constantino, fue el encargado de entregar la carta a San Alejandro y juntamente de procurar la paz entre los diversos partidos. Entre tanto Arrio había vuelto a Egipto, donde difundía ocultamente sus ideas y por medio de cantos populares y, sobre todo, con el célebre poema Thalia trataba de extenderlas entre el pueblo cristiano.

Osio llega a Egipto y al saber de Alejandro la realidad de las cosas, se convenció rápidamente de la inutilidad de todos sus esfuerzos. Sólo con un concilio universal o ecuménico se podía poner término a tan violenta situación. Va entonces a aconsejar al emperador Constantino un concilio. El primer concilio ecuménico se reunió en Nicea el año 325 y contaba con representación de los obispos del mundo y legados del papa.

No obstante su avanzada edad, San Alejandro acudió al concilio de Nicea acompañado de su secretario, el diácono San Atanasio. Allí fue condenada solemnemente la herejía arriana

La lucha entre la ortodoxia y arrianismo no terminó con la decisión de este concilio. San Alejandro muere poco tiempo despues del concilio y su sucesor, San Atanasio, continuó la lucha.



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