Pier GiorgioBeato Pier Giorgio Frassati
Fiesta: 4 de Julio
6 Abril 1901 - 4 Julio 192)

¿Quien fuera a creer que un joven rico, deportista, inteligente, bromista, apodado "Robespierre" y "Terror", llegase a ser santo? Pues ese es Pier Giorgio.

Fue gran amigo de los pobres, en quienes veía a Cristo. Por ellos quiso entrar en la política y comprometerse a promover la justicia social. Hoy día muchos jóvenes encuentran en él un gran modelo.

Pier Giorgio Frassati nació en Turín, Italia, el 6 de abril de 1901. Su madre, Adelaide Ametis era pintora. Su padre, agnóstico e influyente en la política, fue fundador y director del diario liberal "La Stampa", también fue Senador y Embajador en Alemania.

Pier Giorgio Frassati estudió primero en su hogar, despues en una escuela estatal, junto con su hermana menor y luego con los jesuitas. Allí entró a la Congregación Mariana y al Apostolado de la Oración.

Compartía abiertamente su fe con todos. Su fuerza era la comunión diaria y la Virgen María.  Ademas de la Santa Misa, participaba en la adoración nocturna. Meditaba el himno de la caridad de San Pablo y los escritos de Santa Catalina de Siena.

A los 17 años de edad, en 1918, ingresó en la Sociedad de San Vicente de Paul y dedicó su tiempo libre al servicio de los enfermos y necesitados. Se convirtió en un servidor de los pobres quienes eran sus dueños.   Consideraba esto como un privilegio. Su caridad no era sólo para entregarle algo a los demás sino para entregarse él mismo por entero.

Cuidaba a los huérfanos y soldados de la primera guerra mundial que volvían a sus casas. Solía sacrificar sus vacaciones en la casa de verano de los Frassati en Pollone porque "si todos se van de Turín ¿quién se encargará de los pobres?".

Estudió ingeniería de minas en la Real Universidad Politécnica de Turín. Su intención era, como dijo a un amigo, poder "servir mejor a Cristo entre los mineros". Aunque atendía como primera tarea a sus estudios no olvidó Su actividad social y política. En 1919 se asoció a la Federación de Estudiantes Católicos y a la Acción Católica.

Fue activo en el Partido Popular que promovió las enseñanzas de la Iglesia Católica basadas en los principios de la "Rerum Novarum". También concibió la idea de unir la Federación de Estudiantes Católicos a la Organización Católica de Trabajadores.  El trabajaba para ambas. Solía decir: "La caridad no basta: necesitamos una reforma social".

En 1921 le encontramos en Rávena, ayudando con entusiasmo a organizar el primer congreso de Pax Romana, asociación que se propone unificar a todos los estudiantes católicos del mundo para trabajar juntos por la paz universal.

Pier Giorgio se dedicó también a los deportes, especialmente el alpinismo. Las excursiones que organizaba con sus amigos de la organización, "I tipi loschi", eran para él oportunidades de apostolado.

Iba al teatro, a la ópera y a los museos; amaba el arte y la música y a menudo citaba trozos de Dante. Quiso llamarse Jerónimo, como su héroe, el predicador dominico y reformador del Renacimiento florentino, Jerónimo Savonarola: "Soy un ferviente admirador de ese fraile, que murió como santo en la hoguera", le escribió un día a un amigo. Influenciado por el y por los escritos de Santa Catalina de Siena ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo, en 1922.

Como su padre, fue intensamente antifascista. A menudo se vio envuelto en riñas con anticlericales comunistas primero y luego con fascistas. En una demostración organizada por la Iglesia en Roma, levantó la bandera y paraba los golpes de los guardias con el asta.

Justo cuando estaba para graduarse, Pier Giorgio enfermó de poliomielitis, enfermedad que, según los médicos, se dio por contagio de los enfermos que atendía. Falleció tras seis días de terribles sufrimientos, el 4 de julio de 1925, a los 24 años de edad. Su última preocupación fueron los pobres. La víspera de su muerte, con una mano paralizada, escribió un recado para un amigo, recomendándole las inyecciones de Converso, un pobre que él atendía.

Su funeral llenó las calles: eran los pobres que él había atendido sin desmayo durante siete años.

El Papa Juan Pablo II, después de haber visitado su tumba en Pollone, en 1989 dijo: 'Quiero rendir homenaje a un joven que supo ser testigo de Cristo con singular eficacia en este siglo nuestro. Yo también conocí, en mi juventud, la benéfica influencia de su ejemplo, y cuando estudiaba quedé marcado por la fuerza de su testimonio cristiano´.

El 20 de Mayo de 1990, Juan Pablo II beatificó a Pier Giorgio Frassati, "el hombre de las ocho bienaventuranzas". Sus restos mortales se trasladaron de la tumba de la familia del cementerio de Pollone a la Catedral de Turín.



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