PorfirioSan Porfirio, obispo
26 de Febrero

San Porfirio nació en Tesalónica. Vivió en Palestina, en una cueva cerca del río Jordán. Allí se enfermó de reumatismo y se trasladó a Jerusalén. Visitaba a diario el Santo Sepulcro, el Huerto de los Olivos, el cenáculo de la Ultima Cena y los demás santos lugares donde estuvo Nuestro Señor. Su reumatismo lo hacía caminar muy despacio, con grandes dolores y apoyado en un bastón. Sin embargo ningún día dejaba de ir a los Santos Lugares y Comulgar.

Porfirio tenía una herencia de sus padres la cual envió para repartirla entre los pobres.

El señor le dijo: "Te devuelvo la salud para que te encargues de cuidar mi cruz" Porfirio quedó curado. En adelante se quedó ayudando en la Iglesia del Santo Sepulcro, custodiando la parte de la Santa Cruz que allí se conservaba.

Vivía de trabajos manuales, fabricando sandalias y zapatos.

Fue ordenado sacerdote. El obispo de Jerusalén lo envió a Cesarea.

Aquella noche tuvo Porfirio un sueño. Oyó que Jesús le decía: "Hasta ahora te has encargado de custodiar mi Santa Cruz. De ahora en adelante te encargarás de cuidar a unos hermanos míos muy pobres". Con eso entendió el santo que ya no seguiría viviendo en Jerusalén.

Al llegar a Cesarea el obispo de allá lo convenció de que debía aceptar ser obispo de Gaza, que era una ciudad muy pobre. Después de que le rogaron mucho, al fin exclamó: "Si esa es la voluntad de Dios, que se haga lo que El quiere y no lo que quiera yo". Y aceptó.

Al llegar a Gaza los paganos promovieron grandes desórdenes porque sentían que con este hombre se iba a imponer la religión de Cristo sobre las falsas religiones de los ídolos y falsos dioses. Porfirio no se dio por ofendido sino que se dedicó a instruir a los ignorantes y a ayudar a los pobres y así se fue ganando las simpatías de la población.

Gaza sufria una gran sequía. Los paganos esparcieron la calumnia de que todo esto era un castigo de los dioses por haber llegado allí Porfirio con su doctrina y sus cristianos. Entonces San Porfirio organizó una procesión de rogativas por las calles, rezando y cantando para que Dios enviara la lluvia, y al terminar la procesión se descargó un torrencial aguacero que llenó de vida y frescor todos los alrededores.

Los paganos se propusieron que de todos modos sacarían a Porfirio y a sus cristianos de aquella región y empezaron a emplear medidas muy violentas contra ellos. Creyeron que la piedad y la bondad del obispo eran debilidad y cobardía. El santo se fue a Constantinopla a ver al jefe de gobierno y obtuvo que le dieran un fuerte batallón de soldados que puso orden y paz en la ciudad. Los paganos no pudieron atacarlo más.

Porfirio y sus sacerdotes fueron tan eficaz que se acabó por completo allí la religión pagana.

San Porfirio construyó en Gaza un bellísimo templo. El día en que empezó la construcción del nuevo edificio recorrió la ciudad con enorme gentío cantando salmos y bendiciendo a Dios. Cada fiel llevaba alguna piedra o algún ladrillo u otro material para contribuir a la edificación de la Casa de Dios. La construcción duró cinco años y toda la ciudad colaboró con mucha generosidad. El día de la Consagración de la nueva catedral (domingo de Pascua del año 408) el santo repartió abundantísimas limosnas a todos los pobres de la ciudad. Siempre fue sumamente generoso en ayudar a los necesitados.

Los últimos años los dedicó a instruir y enfervorizar a sus sacerdotes y al pueblo con sus predicaciones, con su buen ejemplo y su oración.

El 26 de febrero del año 420 murió santamente.

 


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