(BASILICA DE SANTA MARIA DEGLI ANGELI. ASIS, ITALIA)
Conocida tambi茅n como: porci煤ncula (peque帽a porci贸n)
Fiesta de Santa Mar铆a de los Angeles: 2 de Agosto.En esta p谩gina:
Historia de la Porci煤ncula
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Nuestra Se帽ora Reina de los Angeles
A 5 km de As铆s, Italia, en el valle, se encuentra Santa Mar铆a de los Angeles, hermosa bas铆lica construida sobre LA PORCIUNCULA
La peque帽a capilla de la Porci煤ncula fue donde San Francisco fund贸 la Orden de los Frailes Menores en el 1209, confi谩ndola a la protecci贸n de la Virgen Madre de Cristo, a quien le ha sido dedicada la iglesia.
Recibi贸 de los Benedictinos la capilla para hacerlos centro de su comunidad.Aqu铆 vivi贸 San Francisco con sus primeros hermanos.
El 28 de marzo de 1211 Clara de Favarone de Offreduccio, recibi贸 aqu铆 el h谩bito religioso de manos de San Francisco, dando inicio a la Orden de las Damas Pobres (Clarisas).
En el 1216, en una visi贸n, Francisco obtuvo de mismo Jes煤s la indulgencia conocida como "la indulgencia de al Porci煤ncula" o "el Perd贸n de As铆s", la cual fue aprobada por el papa Honorio III.
Aqu铆 san Francisco reun铆a cada a帽o a sus frailes en los cap铆tulos (reuniones generales).
Aqu铆 muri贸 san Francisco.
聽Entre las reliquias que se encuentran en Santa Mar铆a de los Angeles:
– el cord贸n de San Francisco,
-la estatua del santo con las palomas que siempre all铆 anidan,
-las rosas sin espinas fruto del milagro cuando el santo se tir贸 sobre ellas para rechazar una tentaci贸n,
– la capilla de las l谩grimas donde San Francisco rezaba por la Pasi贸n de Cristo y por los pecadores…聽
Nuestra Se帽ora de los Angeles
bajada temporalmente del techo de la bas铆lica por da帽os del terremoto, Peregrinaci贸n , 1998
"Yo deseo, si le parece a su Santidad, por las gracias que Dios concede en esa peque帽a Iglesia, que todo el que entre en ella, habi茅ndose arrepentido sinceramente, confesado y habiendo recibido la absoluci贸n, que se le borren todos los pecados y las penas temporales de ellos en este mundo y en el purgatorio, desde el d铆a de su Bautismo hasta la hora en que entren en esa iglesia." Indulgencia y EL PERDON DE ASIS
(indulgencia de la Porci煤ncula) 聽–condicionesla PORCI脷NCULA (Santa Mar铆a de los Angeles)
En una noche de Julio del a帽o 1216, un fraile oraba fervientemente en su peque帽a cueva del bosque. Ped铆a a Dios la virtud de la humildad. Le llamaban hermano Francisco y, aunque ten铆a 34 a帽os, ya era conocido y amado por miles de personas. Doce a帽os mas tarde y solo 22 meses despu茅s de su muerte, la Santa Madre Iglesia lo proclamar铆a santo. Pero el "poverelo" se consider贸 siempre el jefe de los pecadores. En el silencio de la noche, imploraba a Dios todopoderoso que tuviese misericordia de los pobres pecadores, recordando las palabras del Se帽or: "a menos que hagan penitencia, todos perecer谩n". Pensaba en su propia juventud, solo doce a帽os antes hab铆a sido inquieto, fr铆volo, ambicioso, mujeriego, y por 煤ltimo, soldado. Dif铆cilmente le daba alg煤n momento de su atenci贸n a Dios.
Aquella noche el Se帽or le dijo al poverelo: "Francisco, 驴quien puede hacerte mayor bien, el amo o el siervo?" Francisco guard贸 esta lecci贸n a su coraz贸n y decidi贸 poner de primero lo primero. Le pregunt贸 al amo como podr铆a servirle, y Jes煤s, el amado salvador que abraz贸 la agon铆a de la cruz por todos los hombres, le mir贸 con ternura y afecto y le dijo: "Repara mi Iglesia". Desde entonces, cuando Francisco pensaba en lo delicado, bueno, y amoroso que era Jes煤s, romp铆a en llanto y exclamaba: "隆El amor no es amado!".Primero Francisco tom贸 las palabras del Se帽or literalmente y con gozo repar贸 la capilla donde hab铆a recibido la visi贸n del Se帽or. Despu茅s baj贸 al bosque en el valle de As铆s y repar贸 la vieja capilla de Nuestra Se帽ora de los Angeles, llamada Porci煤ncula (peque帽a porci贸n). Por su devoci贸n a la Sant铆sima Virgen y por su reverencia a los 谩ngeles, tom贸 la porci煤ncula como lugar de vivienda. Los campesinos insist铆an que ellos muchas veces escuchaban 谩ngeles cantando en la Porci煤ncula. Ah铆 fue donde los primeros hermanos se unieron a El, en la vida nueva de santa pobreza, trabajo manual, cuidando a los leprosos, mendigando y predicando el amor de Cristo. Siendo los benedictinos propietarios de aquel lugar, Francisco pagaba como renta anual una canasta de pescado.
Oprimido por el pensamiento de ser indigno ante la misi贸n de fundar la orden religiosa, subi贸 a una cueva en las monta帽as. Ah铆, durante una tormenta se ech贸 al piso y, con una perfecta contricci贸n, rog贸 a su Salvador que le perdonara los pecados de su vida pasada. En la angustia de su alma el gritaba: "驴Quien eres tu mi querido Se帽or y Dios, y quien soy yo vuestro miserable gusano de siervo? Mi querido Se帽or quiero amarte. Mi Se帽or y mi Dios, te entrego mi coraz贸n y mi cuerpo y yo quisiera, si tan solo supiera como, hacer mas por amor a ti!. Repet铆a: "Se帽or ten misericordia de mi que soy un pobre pecador."
Luego, una dulce y gentil paz, la maravillosa paz del Se帽or lleg贸 a su pura y penitente alma y le dijo: "Francisco, tus pecados has sido borrados." Desde entonces, por la gratitud que sent铆a, ard铆a en un deseo apasionado de obtener el mismo favor celestial por todos los pecadores arrepentidos. Y por eso oraba y ped铆a fervientemente esa noche en la cueva del bosque.
De repente el sinti贸 un impulso irresistible de ir a la peque帽a Iglesia, la Porci煤ncula. En cuanto entr贸, como siempre, se arrodillo, inclin贸 su cabeza y dijo esta oraci贸n: "Te alabamos, Se帽or Jesucristo, en todas las iglesias del mundo entero. Y te bendecimos porque por tu santa cruz redimiste al mundo." Luego al alzar su mirada, en su asombro Francisco vio una luz brillante arriba del peque帽o altar y en unos rayos misteriosos el vio al Se帽or con su Sant铆sima Madre con muchos 谩ngeles.
Con pleno gozo y profunda reverencia, Francisco se postr贸 en el piso ante esta gloriosa visi贸n y Jes煤s le dijo: "Francisco pide lo que quieras para la salvaci贸n de los hombres". Sobrecogido al escuchar estas palabras inesperadas y consumido por un amor angelical por su misericordioso Salvador y por su Sant铆sima Madre, Francisco exclamo: "Aunque yo soy un miserable pecador, yo te ruego querido Jes煤s, que le des esta gracia a la humanidad: dale a cada uno de los que vengan a esta Iglesia con verdadera contricci贸n y confiesen sus pecados, el perd贸n completo e indulgencias de todos sus pecados".
Viendo que el Se帽or se manten铆a en silencio, Francisco se dirigio con un confiado amor a Maria, refugio de los pecadores, y le suplic贸: "Te ruego, a Ti, Sant铆sima Madre, la abogada de la raza humana, que intercedas conmigo, por esta petici贸n". Entoces Jes煤s miro a Maria, y Francisco se alegr贸 al ver a Ella sonreir a su Divino Hijo, como que si dijera: "por favor, concedele a Francisco lo que te pide, ya que esa petici贸n me hace feliz a mi".
Inmediatamente Nuestro Se帽or le dijo a Francisco: "Te concedo lo que pides, pero debes de ir a mi Vicario, el Papa, y p铆dele que apruebe esta indulgencia". La visi贸n, entonces, se desvaneci贸 dejando a Francisco en el piso de la capilla, llorando de alegr铆a, con profundo amor y agradecimiento.
Temprano en la ma帽ana, Francisco salio con el Hermano Maceo, a la cercana ciudad de Perugia, donde un nuevo Papa hab铆a sido electo, Honorio III. En el camino, Francisco empez贸 a preocuparse, ya que iba a pedirle al Papa, un privilegio muy grande para una capilla desconocida. Ese tipo de indulgencia solo se le hab铆a concedido a la tumba de Cristo, a la de San Pedro y San Pablo y a los que participaban en las cruzadas. Entonces Francisco or贸 arduamente a Nuestra Se帽ora de los Angeles.
Cuando lleg贸 el turno de hablar con el Papa, Francisco se dirigi贸 con gran humildad: "Su santidad, unos a帽os atr谩s repar茅 una peque帽a Iglesia en honor a la Sant铆sima Virgen. Le suplico le conceda recibir indulgencias, pero sin tener que dar ninguna ofrenda" (Francisco pensaba en los pobres).
–El Papa replic贸:"No es muy razonable lo que pides, pues quien desea una indulgencia debe hacer un sacrificio. Pero, bueno, 驴de cuantos a帽os quieres que sea esta indulgencia?
–Francisco respondi贸: "Santo Padre, podr铆a usted no darle a帽os espec铆ficos, sino almas?
-驴Que significa eso de almas, Francisco?Ahora Francisco tuvo que elevar una oraci贸n ferviente a Nuestra Se帽ora, ya que deb铆a explicarle al Papa lo que significaba su petici贸n. Con mucha humildad pero con firmeza hizo su extraordinaria petici贸n, la que ha sido conocida como la indulgencia de la Porci煤ncula.
–"Yo deseo, si le parece a su Santidad, por las gracias que Dios concede en esa peque帽a Iglesia, que todo el que entre en ella, habi茅ndose arrepentido sinceramente, confesado y habiendo recibido la absoluci贸n, que se le borren todos los pecados y las penas temporales de ellos en este mundo y en el purgatorio, desde el d铆a de su Bautismo hasta la hora en que entren en esa iglesia."
Impresionado por esta firme y sincera petici贸n, el Papa exclamo: "Estas pidiendo algo muy grande Francisco, ya que no es la costumbre de la Corte Romana conceder ese tipo de indulgencia"
Reconociendo que esta oportunidad de traer gracias a la humanidad, pod铆a desvanecerse en aquel instante, Francisco a帽adi贸 con fervor y vehemencia, y con una serenidad devastadora: "Reverend铆simo Santo Padre, yo no le pido esto por mi mismo, lo pido en nombre de Aquel que me ha enviado, Nuestro Se帽or Jesucristo".
En ese momento el Papa record贸 que su gran predecesor Inocencio III, estaba convencido que Cristo se le aparec铆a y guiaba de manera especial a este peque帽o y santo poverelo. Movido, por el Esp铆ritu Santo, el vicario de Cristo solemnemente declar贸 tres veces: es mi deseo que se te sea concedida tu petici贸n. Pero los cardenales que estaban presente al escuchar esta innovaci贸n revolucionaria, protestaron y reclamaron al Papa que esta rica y nueva indulgencia debilitar铆a las cruzadas. En t茅rminos fuert铆simos le exigieron que la cancelara. Pero el Papa les dijo, "yo no cancelo lo que he concedido". -"Entonces restr铆ngela lo mas posible".
El Santo Padre llam贸 a Francisco y le dijo: "nosotros te concedemos esta indulgencia y debe ser v谩lida perpetuamente, pero solo en un d铆a cada a帽o, desde las v铆speras, a trav茅s de la noche, hasta las v铆speras del siguiente d铆a."
Francisco sumisamente bajo la cabeza y despu茅s de agradecer al Papa, se levanto y comenz贸 a salir. Pero el Papa le llamo: "驴Adonde vas, tu peque帽o poverelo? No tienes garant铆a sobre esta indulgencia". Francisco se volvi贸 hacia el y con su simp谩tica y confiada sonrisa le dijo: "Santo Padre su Palabra es suficiente para mi, si esta es la obra de Dios es El quien har谩 su obra manifiesta. No necesito ning煤n otro documento. La Sant铆sima Virgen Mar铆a habr谩 de ser la garant铆a, Cristo el notario, y los 谩ngeles los testigos." (recordando la visi贸n)
Francisco escucho estas palabras en su oraci贸n: "Francisco quiero que sepas que esta indulgencia, que ha sido concedida a ti en la tierra, ha sido confirmada en el cielo". Con gran gozo comparti贸 esta revelaci贸n al hno. Maceo, y juntos aligeraron el paso para ir a darle gracias a Nuestra Se帽ora de los Angeles en la Porci煤ncula.
Para la solemne inauguraci贸n de este perd贸n en la Porci煤ncula, Francisco escogi贸 Agosto 2, porque fue el primer aniversario de la consagraci贸n de esta santa capilla, y porque Agosto 1, era la fiesta de la liberaci贸n de San Pedro de las cadenas que ten铆a en la c谩rcel (Agosto 2, es el d铆a de Nuestra Se帽ora de los Angeles).
En presencia de los obispos de As铆s, Perugia, Todi, Spoleto, Gubbio, Nocera y Foligno, anunci贸 Francisco a la multitud la gran noticia: 芦Quiero mandaros a todos al para铆so anunci谩ndoos la indulgencia que me ha sido otorgada por el Papa Honorio. Sabed, pues, que todos los aqu铆 presentes, como tambi茅n cuantos vinieren a orar en esta iglesia, obtendr谩n la remisi贸n de todos sus pecados禄.
Jes煤s y Mar铆a confirmaron su aprobaci贸n del Gran Perd贸n de la Porci煤ncula. Una vez a un santo fraile franciscano, Beato Conrado de Ofida, la Virgen Sant铆sima se le apareci贸 envuelta en un rallo de luz, con el ni帽o Jes煤s en sus brazos, en la puerta de la Porci煤ncula. El ni帽o bendec铆a a todos los peregrinos que entraban en la capilla de su Madre para adquirir el perd贸n de los pecados.
Mas tarde los obispos de Asis y otros Papas promulgaron documentos confirmando "El gran Perd贸n de la Porci煤ncula". La peque帽a iglesia dedicada a la Sant铆sima Virgen se convirti贸 en uno de los mas famosos santuarios de peregrinaci贸n de toda Europa. Mas tarde Gregorio XV hizo extensivo el jubileo de la Porci煤ncula a todas las iglesias franciscanas del mundo.聽 En 1921, el Papa Benedicto XV cancel贸 la restricci贸n de manera que se pueda obtener indulgencias cualquier d铆a. Seg煤n el decreto de la Penitenciar铆a Apost贸lica del 15 de julio de 1988 (芦Portiuncolae sacrae aedes禄), se puede ganar la indulgencia en La Porci煤ncula durante todo el a帽o, una sola vez al d铆a. Cada a帽o una multitud de fieles acude all铆 para recibir el 芦Perd贸n de As铆s禄 tambi茅n llamado 芦Indulgencia de la Porci煤ncula禄.
Condiciones para obtener la indulgencia
El Perd贸n de As铆s se puede obtener una sola vez
-PARA QUIEN: Para uno mismo o por los difuntos.
-DONDE Y CUANDO: Visitando las bas铆licas de San Francisco y la Porci煤ncula de As铆s cualquier d铆a del a帽o.
O cualquier iglesia franciscana o cualquier catedral o parroquia del mundo desde el mediod铆a del 1陋 de agosto hasta la medianoche del聽2 de聽 agosto.Las condiciones son las prescritas para las indulgencias plenarias
2) Confesi贸n sacramental y Santa Comuni贸n
4) Exclusi贸n de cualquier apego al pecado.
5) Rezar seg煤n las intenciones del Sumo Pont铆fice.
PADRE NUESTRO聟
PROFESI脫N DE FE: Credo
ORACI脫N A NUESTRA SE脩ORA DE LOS 脕NGELES
"Salve, celestial Se帽ora, Reina de los 脕ngeles, poderosa y benigna abogada nuestra, Mar铆a: s茅 mil veces bendita y agradecida por el insigne favor de haber obtenido de tu Hijo divino para tu siervo Francisco la gran indulgencia del perd贸n de As铆s, en beneficio de la Iglesia. Vuelve a nosotros tus ojos bondadosos desde el trono radiante de gloria donde has sido exaltada, y desde el que derramas tantos tesoros de gracias. Haz que nos arrepintamos sinceramente de todas nuestras faltas y que podamos obtener de tu Hijo Jes煤s un perd贸n generoso; para que, despu茅s de haber hecho aqu铆 en la tierra frutos dignos de penitencia, podamos un d铆a verte, alabarte y bendecirte, con los 谩ngeles y los santos, en la gloria del Reino."
Testimonio de Simone Weil, hija de Israel, fascinada por Cristo: 芦Mientras estaba sola en la capillita rom谩nica de Santa Mar铆a de los Angeles, incomparable milagro de pureza, donde san Francisco rez贸 tan a menudo, algo m谩s fuerte que yo me oblig贸, por primera vez en mi vida, a arrodillarme禄 (Autobiograf铆a espiritual).
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