Perseverancia Perseverancia es permanecer en estado de gracia hasta la muerte. La Iglesia enseña que es imposible la perseverancia sin ayuda de Dios. Santo Tomás de Aquino: "La perseverancia es una insistencia estable y permanente en lo que uno ha emprendido con razón, después de haberlo considerado maduramente" Debemos confiar en la misericordia de Dios sabiendo que nunca nos faltará ni su ayuda ni su perdón. Jesús murió por nuestra salvación y desea que todos se salven. Jesús prometió que escucha nuestra oración (John 16:23). Dios está comprometido con nuestra salvación y es siempre fiel a sus promesas. La confianza sólida en el amor Jesús por nosotros nos da perseverancia y evita la desesperación. Es así como San Pablo pudo vencer todo obstáculo: "Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día" -II Timoteo 1:12 Perseverar y no presumir La verdadera confianza en Dios en ningún modo nos exime de nuestra responsabilidad de cooperar con la gracia. Creer que Dios nos salvará sin cooperar con la gracia es pecar de presunción. Para perseverar hay que evitar tanto la desesperación como la presunción. San Pablo: "No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús" -Filipenses 3:12 San Pablo lamenta que muchos no perseveran: "Comenzasteis bien vuestra carrera, ¿quién os puso obstáculo El Segundo Concilio de Orange, en 529 A.D. enseña, contra la posición de los semi-pelagianos, que los que han sido justificados también deben orar constantemente por la ayuda de Dios para atener un buen fin (Denzinger, 380). El Concilio de Trento, en 1547 llama a la perseverancia "un gran don" y dice que los que están en estado de gracia no pueden persistir en amistad con Dios sin especial ayuda divina (Denzinger 1572). La perseverancia final es un don que estrictamente no merecemos. Aun si en la actualidad estamos en gracia, no podemos saber con certeza si vamos a perseverar (a nos ser que recibamos una revelación especial al respecto) (Trento, Denzinger, 1566). Jesús nos advierte: Es necesario apartarse de la corriente del mundo: Poneos a salvo de esta generación perversa (Hch 2,40). Jesús pide perseverancia, recurriendo a la gracia que El nos da por medio de la Iglesia, especialmente los sacramentos. Debemos estar en vela y atentos al Señor: Velad, pues, y orad en todo tiempo, para que os libréis de todo lo que ha de venir y podáis presentaros sin temor ante el Hijo del hombre (Lc 21,36). San Bernardo "Suprimid la perseverancia y habréis suprimido toda virtud sobresaliente, toda acción heroica y todo esfuerzo generoso" Kempis: "Cada día hemos de renovar nuestro propósito, como si hoy fuese el primer día de nuestra conversión".
|
enero 14, 2025
0 comentarios