NEW ORLEANS
 ¿QUE NOS ENSEÑAS?
Aprendamos de los desastres que sufrimos
Padre Jordi Rivero, Sept 5, 2005
Ver también:
Sufrimiento

(Tras Huracán Katrina, 29 Agosto, 2005)

Lo primero ante el sufrimiento de tantos:
El amor que se traduce en oración y compromiso.
El magno desastre de New Orleans y la zona del golfo es NUESTRA tragedia ya que somos un solo Cuerpo en Cristo.

El Santo Padre nos da la pauta: Ha enviado (4Sept) al arzobispo Paul Josef Cordes para manifestar la solidaridad y cercanía suya y de todos los católicos del mundo con las víctimas del huracán y ha pedido a todos los creyentes que se unan en oración para que los familiares de los fallecidos y los damnificados puedan experimentar el consuelo de Dios.

El Santo Padre dijo que «en estos días, todos nos sentimos apenados por el desastre provocado por el huracán en los Estados Unidos de América, especialmente en Nueva Orleans». Aseguró que reza «por los difuntos y sus familiares, por los heridos y las personas que han quedado sin casa, por los enfermos, los niños, los ancianos» y envió su bendición «a cuantos están comprometidos en las difíciles operaciones de socorro y de reconstrucción».

La Iglesia Católica se movilizó inmediatamente para ayudar, entre otras cosas, enviando cargamentos de provisiones y abriendo sus escuelas para los niños desplazados. Dos medios seguros para enviar ayuda: 
Catholic World Mission  CatholicCharitiesUSA.org/ katrina.cfm

Alguna prensa ha utilizado la tragedia para agredir con sarcasmo a Estados Unidos. Los cristianos no podemos caer en eso. Además, deberíamos recordar que todos los países sufren desastres naturales. Cuando decimos países decimos seres humanos: Vemos hombres, mujeres, niños, ancianos y enfermos sufriendo horriblemente. Han perdido familiares, amigos, sus trabajos.. Hay hospitales sin electricidad, destrucción masiva de hogares. Cuerpos descubiertos en las calles, caos, violencia. En los desastres sufren y mueren buenos y malos por igual. El espíritu de la Iglesia está claro: ante el sufrimiento es hora de responder con amor.

¿Por que ocurren los males?
El Temor de Dios nos hace tener mucho cuidado como respondemos. Dios no tolera juicios humanos hechos en Su nombre (recuerden a los amigos de Job). Pero tampoco agrada a Dios que sus siervos callen cuando deben anunciar la verdad para salvar a sus hermanos.

Sabemos que Dios creó todo bueno y lo entregó al hombre - "poblad la tierra y dominadla” -Génesis 1. Por lo tanto, el hombre es responsable de la creación y su pecado le causa trastornos.

Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.  -Romanos 8,22

En la Salve rezamos: "a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas".   

Dios no quita la Cruz; nos salva con ella
La cruz es símbolo de todo lo malo que el hombre ha causado por el pecado. Dios no quitó la cruz porque es consecuencia de la libertad de los hombres y El respeta nuestra libertad. Mas bien, la respuesta de Dios a la cruz fue abrazarla y morir en ella por amor. Así la transformó en camino salvación para todos.

Los retos de la naturaleza: una oportunidad para que los hombres se unan.
Dios Padre desea que sus hijos trabajen para dominar la tierra, no explotándola egoístamente, sino uniéndose, cada uno utilizando sus dones para el bien común. La situación vulnerable de New Orleáns habría sido una oportunidad para formar una comunidad mas unida y segura. El peligro de inundación estaba bien documentado.

Un año antes de Katrina el huracán Iván amenazaba a la ciudad. El 19 de Septiembre, 2004 la prensa (Associated Press) reportó detalladamente lo que podría ocurrir si el huracán golpeaba directamente a New Orleans, los problemas de evacuación y la falta de preparación que había. En octubre, 2004, once meses antes de Katrina, la revista National Geografic publicó un reporte científico anticipando el escenario tal como ocurrió después. 

Una gran lección para evitar la ruina: Reconocer a Dios y respetar sus leyes; Aprovechar sus avisos y responder; Trabajar juntos y utilizar los dones para el bien común.

No acomodarnos al mundo
Jesús advierte a sus discípulos que estamos en una gran batalla espiritual y no debemos acomodarnos a este mundo que pasa.  "Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo". -Lucas 21,11. Los desastres naturales no significan que el fin del mundo sea inminente. Cuando será el fin no lo sabemos. Pero si nos recuerdan que el mundo pasará y que nuestra casa definitiva no es la tierra. Somos mortales y, aunque no nos toque vivir el fin del mundo, nuestra vida aquí es corta.

TODOS necesitamos arrepentirnos y ser purificados
La humanidad se encuentra en grave decadencia moral. Hemos sacado a Dios de las escuelas, de las cortes y del resto de la vida pública. Con frecuencia también lo hemos sacado de los hogares. Hemos caído en lo que el Cardenal Ratzinger llamó la "facilonería" de la vida, que nos embota la mente con egoísmo y apegos. Satisfacer la carne se ha convertido en la prioridad. También entre los católicos de todos los países hay que sonar la alarma. Nos ha invadido la mentalidad del mundo hasta el extremo de aceptar la anticoncepción, el aborto, la fornicación, el adulterio, la homosexualidad, el materialismo... Cuando se llega esta pérdida de la conciencia del mal es porque antes se ha perdido la vida con Dios. Vemos las consecuencias en el caos y la violencia de New Orleans, aun contra las operaciones de rescate. ¿Sería diferente en nuestra ciudad si se dan las mismas circunstancias?

Llega el momento cuando es necesaria la purificación para evitar un mal peor que sería nuestra perdición eterna. La purificación nos ayuda a reconocer que somos pecadores y necesitamos conversión, no es el final de la historia sino la preparación para la victoria. Los hombres no pueden crecer con Dios hasta que son libres de la impureza que los domina.

En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; Romanos 1,18

Y ¿te figuras, tú que juzgas a los que cometen tales cosas y las cometes tú mismo, que escaparás al juicio de Dios?  O ¿desprecias, tal vez, sus riquezas de bondad, de paciencia y de longanimidad, sin reconocer que esa bondad de Dios te impulsa a la conversión? Romanos 2,3  (Ver Rom 1,16s)

Jesucristo a Santa Catalina de Siena:
"A ninguna criatura se le priva de mi providencia, porque todas las cosas están invadidas por ella. Le parecerá algunas veces al hombre que es crueldad que yo mande granizo o tempestades, o rayos sobre mis criaturas, juzgando que yo no he velado por su salud. Y lo he hecho para librarle de la muerte eterna, aunque le parezca todo lo contrario. Los mundanos en todo quieren condenar mis obras y entenderla conforme a su bajo entendimiento... Por eso aborrecen lo que tendrían que reverenciar. Como soberbios se atreven a juzgar de mis ocultos juicios, que son todos rectos. (Santa Catalina de Siena. Doctoras de la Iglesia. Páginas 126 y siguientes. Antonio Royo Marín, BAC).

El huracán Katrina nos hace pensar en una purificación
El arzobispo Hugh, de New Orleans, dijo después del desastre: "Lo mas importante es no dudar la presencia de Dios y su gracia salvadora y transformadora. Estoy convencido que Dios nos purificará por medio de esto".

Katrina significa "pura" en griego. Llegó a la costa del golfo el 29 de Agosto, fiesta del martirio de Juan Bautista, profeta que predicó la necesidad de conversión. 

New Orleans, de antaño pintoresco y musical, se había convertido en centro de ocultismo y depravación sexual. Hasta los sourvenirs representativos de la ciudad tenían que ver con esas cosas. El "French Quarter", orgullo de la ciudad, se jactaba de exhibir todos los vicios, hasta tal punto que el 31 de Agosto, 2005 iba a comenzar una de las mas grandes fiestas anuales de la ciudad, llamada por los propios organizadores "Southern Decadence" (Decadencia del Sur) que duraría todo el fin de semana feriado. Dirigida por el "orgullo homosexual", su propósito es el exhibicionismo callejero masivo de toda clase de depravación sexual. Hacían alarde del apoyo del alcalde y de la gran multitud de participantes que esperaban, mas de los 125,000 del año pasado. Pero un día antes del comienzo se rompieron los diques de la ciudad.

En New Orleans, como en las otras ciudades afectadas del golfo, hay muchísimos buenos cristianos, por cierto muchos latinos. Hay grupos de oración y apostolados que sirven al Señor. Muchos allí oraban intensamente para que se manifieste la misericordia de Dios y haya conversión en su ciudad. Ellos también fueron víctimas del huracán. El huracán no solo arrasó con casinos sino también con las iglesias.

Ser cristianos no nos libra de la cruz. La doctrina católica no acepta la novedosa idea del "rapto" según el cual Jesús sacará a los justos de la tierra para evitarles la tribulación. Justos y pecadores estamos en el mismo mundo y en las mismas ciudades. Todos sufrimos las consecuencias del pecado en la sociedad. También las sufrió Jesús. Los santos fueron probados, muchos hasta el martirio. Pero las pruebas sufridas por Cristo son la gloria del cristiano porque asemejan al Señor. Dios da la gracia y no debemos tener miedo. Pero si caemos en la facilonería del mundo, no seremos capaces de resistir.

No podemos callar ante el mal. Jesús no mandó a evangelizar, a ser sal y luz. 

El domingo después del huracán Katrina, la primera lectura, del profeta Ezequiel 33, 7-9:
"Así dice el Señor: «A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida.»

La purificación comienza por casa.
Jesús es particularmente severo con las ciudades donde predicó la Palabra de Dios. A quien mucho se le dio...

"¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás"  -Lucas 10,13-15

¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido!  Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. -Mateo 23,37-38

No todos los ciudadanos de Jerusalén mataban y apedreaban profetas. Jesús amaba a Jerusalén y por eso se lamentaba por ella. Allí Jesús instituyó la Santa Misa y el sacerdocio, allí Jesús muere por todos nosotros y allí resucita victorioso. También allí estaba la Iglesia recién nacida que aportó los primeros mártires. Pero a pesar de todo esto la ciudad no regresó al Señor. La purificación habría de venir en forma de legiones romanas y no quedó piedra sobre piedra.

Dios desea salvar y no condenar
Dios es Padre de todos y desea la salvación de todos. Cuando Dios envía profetas que adviertan sobre castigos es con la esperanza que el pecador se convierta y se atenga a su misericordia.

El profeta que conoce el corazón de Dios advierte sobre las consecuencias del pecado, no para juzgar o atacar al hermano sino solo porque desea salvarle. Al mismo tiempo, ante Dios, actúan como abogados de sus hermanos implorando clemencia para ellos. Esto agrada al Señor. El desea que sus hijos se amen y se ayuden. El se ofende cuando sus hijos acusan y juzgan a sus hermanos. Vemos el ejemplo de Moises que intercede continuamente por los Israelitas para que no reciban el castigo que merecen. Abraham intercede ante Dios a favor de Sodoma:

Abordóle Abraham y dijo: «¿Así que vas a borrar al justo con el malvado? -Génesis 18,23

Dios corrige a Jonás cuando este no acepta la misericordia de Dios para Nínive.

Y Yahveh dijo: «Tu tienes lástima de un ricino por el que nada te fatigaste, que no hiciste tú crecer, que en el término de una noche fue y en el término de una noche feneció.  ¿Y no voy a tener lástima yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y una gran cantidad de animales?» -Jonás 4,10-11

Las víctimas no son peores que los demás
Si bien es cierto que los desastres naturales son fruto del pecado del hombre, no significa que las víctimas sean mas culpables que otros.

"Llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo". Lucas 13,1-5

Al mismo tiempo que Jesús enseña a no condenar a las víctimas, también nos advierte que los desastres son un signo para recordarnos que todos necesitamos conversión. "si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo".  Es decir: No debemos juzgar a otros pero si aprovechar los avisos de Dios para nuestra conversión y la de nuestros hermanos.

Dios manifiesta su misericordia aun en las tragedias. Cuando el Huracán Katrina llegaba a New Orleáns, hecho un monstruo categoría 5, con vientos de 175 MPH, de repente vino un viento extraño que le desvió y le hizo perder fuerzas. Los meteorólogos se quedaron sorprendidos pues no atinaban a entender como se produjo. Sin la intervención de ese viento misterioso, toda la ciudad pudiese haber quedado en seguida bajo mas de 4 metros de agua. Pocos hubiesen sobrevivido.

Chuck Kelley, ministro bautista de New Orleans, ahora sin hogar, discierne la mano de Dios en la situación: "Imagínese que hubiese ocurrido (New Orleans) si hubiese recibido un golpe directo". "El dique no se  rompió hasta después de la tormenta cuando los vientos se habían calmado y los trabajadores de rescate pudieron salir. Si el dique hubiese cedido durante el huracán incontables miles hubiesen muerto...."  

En las pruebas Dios da la gracia para que comprendamos que nuestra vida está en sus manos y encontremos su verdadero propósito en El. En New Orleans, mientras algunos se aprovecharon para hacer mal, hemos visto también grandes manifestaciones de amor procedentes de diversos sectores.

Oración por misericordia
En el año 1935,
Santa Faustina recibió una visión de un angel enviado de Dios para castigar a cierta ciudad. Ella comenzó a rezar por misericordia. De repente vio a la Santísima Trinidad y experimentó la gracias de Jesús con ella. Al mismo tiempo comenzó a pedirle a Dios por misericordia con palabras que escuchaba interiormente:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y de los del mundo entero. Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.  (Diario, 475)

Mientras continuaba rezando así, el ángel no pudo implementar el castigo (Diario 474). El próximo día mientras entraba en la capilla, otra vez escuchó una voz interior, instruyéndola a rezar la oración que después llamó la "coronilla" . Esta vez se añadieron las palabras "y del mundo entero" (Diario 476). Desde entonces rezaba esta oración casi constantemente, ofreciéndola en especial por los moribundos. Sta. Faustina comprendió que merecemos castigo pero también que Jesús quiere derramar su misericordia si confiamos en El.

Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. -Romanos 8,28


La patrona de New Orleans
Our Lady of Prompt Succor
Nuestra Señor del Pronto Socorro
En el convento de las Ursulinas
Sobrevivió Katrina
 


28 de Agosto
Un día antes de que Katrina llegara a New Orleans

¡RECEMOS
A LA
VIRGEN DEL PRONTO SOCORRO!
Ella, con su intercesión ha salvado a New Orleans en otras ocasiones.

El huracán Katrina, categoría 5, con 175 MPH, parece dirigirse directo a la ciudad que podría quedar en gran parte bajo el agua. Esta magnitud de huracán ocurría una vez cada generación. Sin embargo, de cinco que han entrado en USA en toda su historia, tres han sido después del 1969. 

Horas antes de entrar en la Florida, Katrina era una tormenta tropical. Los expertos nos decían que no había peligro para Miami mas que fuertes lluvias. Pero justo antes de entrar en la Florida, Katrina se convirtió en huracán y cambió de dirección, hacia el sur, cruzando Miami de norte a sur. Hubieron varios muertos, gran parte de la ciudad se quedó sin electricidad y la devastación de los árboles fue inmensa. Nadie lo esperaba.

Una vez mas podemos ver que toda la tecnología del mundo no nos salva. Estamos en las manos de Dios. Sin embargo los hombres desprecian el amor de Dios y las advertencias de María Santísima que nos ha avisado en Fátima y otras apariciones sobre las consecuencias del pecado. ¿Aprendemos? ¿Ponemos nuestra vida en  sus manos?

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen