LA RENOVACION CARISMATICA
Padre Jordi Rivero
"Para realizar su misi�n (de la Iglesia), el Esp�ritu Santo "la construye y dirige con diversos dones jer�rquicos y carism�ticos" LG 4" -Catecismo 768.
Ver tambi�n:
S.S. Benedicto XVI a la renovaci�n carism�tica
Historia de la Renovaci�n Carism�tica
Don de Lenguas
Efusi�n (bautismo en el Esp�ritu Santo)
Curaci�n, oraciones -Instrucciones de la Cong. Doc. Fe.
Pentecostalismo
Profec�a, Ralph Martin 1975.
Testimonio del Padre R. Cantalamessa, predicador de la casa pontificia
Testimonio del P. Fortea, exorcista, sobre la renovaci�n y el don de lenguas
Enlaces de la Renovaci�n
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English�Gracias al movimiento carism�tico, muchos cristianos, hombres y mujeres, j�venes y adultos, han redescubierto Pentecost�s como realidad viva y presente en su existencia cotidiana... Deseo que la espiritualidad de Pentecost�s se difunda en la Iglesia, como empuje renovado de oraci�n, de santidad, de comuni�n y de anuncio�
-Juan Pablo II, 29 Mayo, 2004
La Renovaci�n Carism�tica Cat�lica (ERC) es un movimiento eclesial reconocido por la Santa Sede. Nace de la experiencia de la acci�n del Esp�ritu Santo, de una actualizaci�n de la experiencia de Pentecost�s. Aviva la conciencia de todo lo que Jes�s nos revel� y evoca una respuesta entusiasta para vivir la fe de la Iglesia.
La Renovaci�n Carism�tica es una corriente de gracia que ha tocado transversalmente las Iglesias cristianas (cat�lica, ortodoxa, protestante) ver: Pentecostalismo. Incluye a cerca de 600 millones de cristianos en todo el mundo.
Surgi� entre los cat�licos en 1966 cuando unos pocos estudiantes de la Universidad de Duquesne (Pittsburgh, Pennsylvania � Estados Unidos), durante un retiro meditaron sobre la experiencia de Pentecost�s en los Hechos de los Ap�stoles. Entonces oraron para ocurra lo mismo entre ellos. Experimentaron la efusi�n del Esp�ritu Santo y la manifestaci�n de dones carism�ticos. La experiencia pronto se propag� por el mundo entero. M�s de 120 millones de cat�licos participan de la espiritualidad de la RCC actualmente.�Que dice la iglesia?
La autoridad suprema para discernir la autenticidad de un movimiento en la Iglesia pertenece al Papa. Todos los Papas han apoyado p�blicamente a la renovaci�n carism�tica desde su comienzo.
La Renovaci�n Carism�tica, como otros movimientos reconocidos de la Iglesia Cat�lica, est� bajo la autoridad del Pontificio Consejo para los Laicos, el dicasterio de la Curia romana al servicio de los fieles laicos que tiene la responsabilidad de discernir la autenticidad de todos los movimientos. Dicho Consejo reconoce y apoya a la RCC. Esta cuenta con los servicios de una oficina internacional en Roma (ICCRS)� International Catholic Charismatic Renewal Services.La primera conferencia de la Renovaci�n en Roma fue en mayo de 1975. S.S. Pablo VI, el 19 de mayo exhort� a los participantes a continuar sus esfuerzos de renovaci�n y a continuar fieles a la Iglesia:
"Este deseo aut�ntico de situaros en la Iglesia es un singo aut�ntico de la acci�n del Esp�ritu Santo... �Como no va a ser esta "renovaci�n espiritual" una oportunidad para la Iglesia y el mundo? Y como, en ese caso no tomar todos los medios para asegurar que permanezca de este modo..."
El Papa propuso tres principios para orientar un indispensable juicio cr�tico: la fidelidad a la doctrina, la gratitud y el amor. Y a�adi� espont�nea mente su deseo de que el movimiento sirviera para infundir una espiritualidad, un alma, un pensamiento religioso que rejuveneciera al mundo y volviera a abrir sus labios cerrados a la oraci�n, al canto, a la alegr�a, al himno, al testimonio (Pablo VI, Discurso del 19 de mayo de 1975).
El Papa tambi�n concedi� al Cardenal Suenens, su delegado ante la Renovaci�n Carism�tica, celebrar miso en el altar mayor de San Pedro, lo cual es un signo extraordinario de respaldo. Leer profec�a recibida en aquella ocasi�n. Profec�a>>
En un congreso de grupos Carism�ticos reunido en Grotaferrata el 10 de octubre de 1973, Pablo VI, a la vez que invitaba al necesario discernimiento, declar�: "Hay ciertas notas comunes en esta renovaci�n: el gusto por una oraci�n profunda, personal y comunitaria, una vuelta a la contemplaci�n y un �nfasis de la alabanza de Dios, el deseo de entregarse totalmente a Cristo, una gran disponibilidad para las llamadas del Esp�ritu Santo, una lectura m�s asidua de la Biblia, una amplia comunicaci�n fraternal, la voluntad de aportar un concurso al servicio de la Iglesia"
Juan Pablo II a la Renovaci�n
El Papa Juan Pablo II, habl�ndole a un grupo de l�deres internacionales de la renovaci�n, el 11 de diciembre de 1979, les dijo: "Estoy convencido que este movimiento es un componente muy importante en toda la renovaci�n de la Iglesia." El les dijo que desde sus once a�os hace una oraci�n diaria al Esp�ritu Santo y a�adi�: "Esta fue mi propia iniciaci�n espiritual, as� que entiendo todos estos carismas. Son todos parte de la riqueza del Se�or. Estoy convencido que este movimiento es una se�al de su acci�n"
A nadie le puede quedar duda sobre el lugar que tiene en la Iglesia a la Renovaci�n Carism�tica despu�s del Congreso mundial de Movimientos Eclesiales celebrado del 27 al 29 de mayo de 1998. Dicho congreso fue promovido oficialmente por el Pontificio Consejo para los Laicos quien formalmente invit� a la Renovaci�n Carism�tica Cat�lica. Fue un representante de la renovaci�n carism�tica qui�n present� al Santo Padre en nombre de todos los movimientos, los votos de fidelidad a Su Santidad y a la Iglesia.
Juan Pablo II, 29 Mayo, 2004
�Gracias al movimiento carism�tico, muchos cristianos, hombres y mujeres, j�venes y adultos, han redescubierto Pentecost�s como realidad viva y presente en su existencia cotidiana�
�Deseo que la espiritualidad de Pentecost�s se difunda en la Iglesia, como empuje renovado de oraci�n, de santidad, de comuni�n y de anuncio�
El Papa alent� la iniciativa denominada �Zarza ardiente�, promovida por la Renovaci�n en el Esp�ritu, que como �l ilustr�, es �una adoraci�n incesante, d�a y noche, ante el sant�simo Sacramento; una invitaci�n a los fieles a "regresar al Cen�culo"�.
Su objetivo, seg�n el Papa, es que los bautizados, �unidos en la contemplaci�n del Misterio eucar�stico, intercedan por la unidad plena de los cristianos y por la conversi�n de los pecadores�. �Deseo de coraz�n que esta iniciativa les lleve a muchos a redescubrir los dones del Esp�ritu, que en Pentecost�s tienen su manantial�.
�Entre nosotros, con las manos elevadas, est� orando la Virgen, Madre de Cristo y de la Iglesia. Imploremos junto a ella y acojamos el don del Esp�ritu Santo, luz de verdad, fuerza de aut�ntica paz�.Otras intervenciones de Juan Pablo II sobre la Renovaci�n Carism�tica
Llama a la renovaci�n: "Signo de Esperanza para del mundo" 2002
Revela a los carism�ticos su oraci�n diaria al E.S.
Urge promover la formaci�n de los fieles laicos 1998El Cardenal Jos� Ratzinger, Prefecto para la Congregaci�n para la Doctrina de la Fe, en su presentaci�n del libro del Cardenal Suenens sobre la Renovaci�n Carism�tica, reconoci� el bien que ocurre en la R.C. y present� algunas cautelas:
En el coraz�n de un mundo inmerso en un escepticismo racionalista, de repente surge una nueva experiencia del Esp�ritu Santo. Y desde entonces ha asumido la expansi�n de un movimiento mundial de renovaci�n. Lo que el Nuevo Testamento nos dice sobre los carismas -que fueron vistos como signos visibles del advenimiento del Esp�ritu- no es solo historia antigua, ya terminada, sino que una vez mas se esta siendo extremadamente actual.
Hablando del tema del libro, Renovaci�n y el Poder de las Tinieblas, dice:
�Cual es la relaci�n entre experiencia personal y la fe com�n de la Iglesia? Ambos factores son importantes: la fe dogm�tica sin el apoyo de la experiencia personal permanece vacia; la sola experiencia, sin relaci�n a la fe de la Iglesia permanece ciega.
Finalmente, el exhorta a quienes lean el libro, a poner atenci�n a la doble petici�n del autor:
... a los responsables del ministerio eclesi�stico - desde el sacerdote parroquial hasta los obispos- no dejar que la Renovaci�n les pase sino que le den una completa bienvenida; y por la otra parte ... a los miembros de la Renovaci�n que atesoren y mantengan su v�nculo con toda la Iglesia y con los carismas de sus pastores. -Renevaci�n y Poder de las Tinieblas, Le�n Cardenal Suenens
Benedicto XVI a la Renovaci�n en el Esp�ritu: Nada es imposible para la familia que conf�a en Dios
Mensaje enviado a la 30� Convocatoria de la Renovaci�n italiana �Rinnovamento nello Spirito� atendida por 25000 personas. 30 abril 2007�Cuando una familia funda todo proyecto suyo en la confianza en Dios, nada le es imposible�
Mi Testimonio
Padre Jordi RiveroEra yo un joven estudiante de ingenier�a cuando mi madre me invit� a un grupo de oraci�n. La primera visita fue una gran sorpresa. Los cantos de alabanza, el gozo, los brazos elevados hacia el cielo y el entusiasmo por la Palabra de Dios. Era evidente que aquellas personas cre�an en un Dios vivo que se manifestaba entre ellos. Se oraba por los enfermos, con frecuencia se cantaba y rezaba en unas lenguas extra�as seg�n el don de lenguas. Algunas personas dieron sus testimonios de curaci�n o de favores recibidos. Otra experiencia nueva para mi fue escuchar palabras dichas en nombre de Dios: "Hijos m�os les amo", "Hijos m�os quiero un pueblo fiel y obediente". Sab�a que eran mensajes b�blicos, pero todos los escuchaban concientes que son mensajes dirigidos a nosotros ahora y le daban gracias a Dios.
Pregunt� si eran cat�licos y sonriendo me dijeron "�claro!". Yo no estaba muy convencido hasta que me demostraron que ese mismo a�o (1975) hab�an celebrado una gran conferencia en Roma y el Papa les hab�a concedido celebrar la Santa Misa en el altar mayor de San Pedro presidida por el Cardenal Suenens. Aquella experiencia de Dios y de hermandad me atrajo y segu� participando semanalmente, como quien descubre un mundo nuevo. Mi experiencia con la renovaci�n fue siempre cat�lica. En ella creci� mi amor a la Iglesia, Mar�a Sant�sima y al Papa.
Un d�a el l�der del grupo nos invit� a un seminario de la vida en el Esp�ritu Santo para prepararnos a recibir el bautismo del Esp�ritu Santo. Nos explicaron que no se trata de un nuevo bautismo sacramental sino de una apertura del coraz�n para que las gracias de aquel bautismo se aviven en nosotros. Fui con gusto pero no pod�a yo imaginarme las consecuencias que tendr�a para mi vida. Antes del Bautismo en el Esp�ritu me confes� y cada d�a le ped�a al Se�or que me llenara de su Esp�ritu Santo. El d�a del bautismo en el Esp�ritu nos hablaron de Pentecost�s y nos animaron a abrir el coraz�n a su venida. Yo hice la renuncia a Satan�s y renov� mi fe en el Credo. Puse mi vida en manos de Jes�s. FIAT. Le ped� a La Virgen que me ayudara a entregarme como ella, en ella, que se hiciera en mi la voluntad de Dios. "Haz lo que quieras". Recuerdo cuando me arrodill� ante el Padre Doyle y el or� sobre m�. Todos estaban alabando en lenguas. En ese momento experimente al Esp�ritu en mi coraz�n revel�ndome a Jes�s: su amor por mi, su majestad y su humildad. �como explicar? Pablo lo dice bien: "juzgo que todo es p�rdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jes�s, mi Se�or, por quien perd� todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo" Filipenses 3,8. Arrobado en esa experiencia sent� la certeza de que Jes�s me llamaba al sacerdocio y as� lo dije. Antes lo hab�a pensado pero le pon�a resistencia, pero esta se desvaneci� y qued� una convicci�n profunda.
Al d�a siguiente me sent� triste ante la vocaci�n al sacerdocio. Otra vez me parec�a que ser�a incapaz de tanta renuncia. Pens� que quiz�s fue una decisi�n demasiado emotiva por la experiencia. Fui a un sacerdote y me dijo lo mismo, aconsej�ndome terminar la carrera y entonces ver si segu�a la vocaci�n. Pero esa noche al orar recib� paz sobre la vocaci�n y me di cuenta que esperar a terminar la carrera ser�a un error en mi caso. Recib� el pasaje �Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atr�s es apto para el Reino de Dios.� Lucas 9,62. En ese momento sal� al jard�n de casa y vi una paloma blanca que se posaba sobre la rama del roble. La paloma estuvo en el jard�n, casi siempre en la rama por una semana. Fue para mi una se�al de confirmaci�n que me llen� de gozo. Era el a�o 1976. Puedo decir que desde entonces jam�s he tenido ni la mas peque�a duda de que Jes�s me llam� al sacerdocio. Fui ordenado el 15 de mayo de 1982. Quiero expresar mi profunda felicidad y agradecimiento a Dios por haber llamado a este indigno siervo a ser su sacerdote para siempre.
Desde que experiment� la gracia de la Renovaci�n Carism�tica la he vivido y compartido. El Esp�ritu Santo no ha dejado de ser un fuego en mi coraz�n que me mueve a estar conciente de su amor y desear corresponderle. Estoy profundamente agradecido al Se�or.
Padre Jordi Rivero
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