Recibe la Sangre
Contemplando la imagen de Nuestro Señor en la Cruz, me llamó la atención la sangre que fluía de sus manos. Sentí mucha tristeza cuando comprendi que esta sangre caía al suelo sin que nadie corriese a recogerla. Decidí permanecer en espíritu a los pies de la Cruz para recibirla y vertirla sobre las almas.

ORACIONES

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La VIrgen de la Sonrisa
La Virgen de la Sonrisa
en la casa de Teresita

ORACION DE STA. TERESITA
A LA VIRGEN MARIA

"Para que una hija
pueda a su madre querer,
es necesario que ésta
sepa llorar con ella,
que con ella comparta
sus penas y dolores.

¡O
h dulce Reina mía!,
cuántas y amargas lágrimas
lloraste en el destierro para ganar mi corazón,

¡oh Reina!
Meditando tu vida
tal como describe el Evangelio,
yo me atrevo a mirarte
y hasta a acercarme a ti.

No me cuesta creer que soy tu hija,
cuando veo que mueres,
cuando veo que sufres como yo".


ORACION
A SANTA TERESITA

¡Santa Teresa del Niño Jesús! Durante tu corta vida en la tierra llegastes a ser espejo de pureza angélica, de amor fuerte como la muerte y de total abandono en manos de Dios. Ahora que gozas de las recompensas de tus virtudes, vuelve hacia mi tus ojos de misericordia, pues yo pongo toda mi confianza en ti.

Obtenme la gracia de guardar mi mente y corazón limpios como los tuyos, y que aborrezca sinceramente cuanto pueda de alguna manera empeñar la gloriosa virtud de la pureza, tan querida de nuestro Señor.

Encantadora rosa y reinecita, recuerda tus promesas de que jamás dejarías sin atender ninguna petición que te hiciera, que enviarías una lluvia de rosas y vendrías a la tierra para hacer el bien.

Con la confianza que me inspira tu poder ante el Sagrado Corazón imploro tu intercesión en mi provecho y me concedas esta gracia que yo tanto deseo (Mencione lo que desea).

Santa "Teresita", recuerda tu promesa de "hacer bien en la tierra" y que enviarías "lluvia de rosas" sobre quienes te invoquen. Obtenme de Dios las gracias que quiero de su infinita bondad. Que yo experimente el poder de tus oraciones en cualquier necesidad.

Consuélame en todas las amarguras de la vida presente, en especial cuando me llegue la hora de la muerte, para que yo sea digno de tener parte en la felicidad eterna de que tú disfrutas en el cielo. Amén.

Oración final

Padre celestial, por medio de Santa Teresa del Niño Jesús, quieres recordar al mundo el amor misericordioso que llena tu Corazón y que pongamos en El nuestra confianza como los niños en sus padres. Humildemente te damos gracias por haber coronado de tanta gloria a tu hija Teresa, siempre fiel, y por haberle dado el admirable poder de acercar a ti día tras día innumerables almas que te alaben eternamente.

¡Oh Señor! Tú dijiste: " Si no.....vuelven a ser como niños no podrán entrar en el Reino de los Cielos" (Mt 18,3). Concédenos, te rogamos, seguir las huellas de tu virgen Teresa con humildad y pureza de intención para que podamos alcanzar los premios eternos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS
Y DE LA SANTA FAZ

"La Florecita", "Santa Teresita de Lisieux"

Fiesta: 1 de Octubre
 
Patrona de las misiones

Doctora de la Iglesia1

"En el Corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el AMOR"

En esta página: Breve biografía  | Algunos dichos | Oraciones
| Acto de Ofrenda al Amor Misericordioso  
(víctima de amor, no de justicia)
 Papa la proclama doctora 
| Ejemplo para los jóvenes  | Postulador del doctorado


En otras páginas: Sitio oficial del Santuario de Lisieux
|  Novena
| Autobiografía: Historia de un Alma
Divini Amoris Scientia: Proclamación del doctorado
|
Visita a Lisieux, Francia  | La película

Ver también: Otros doctores | Que es Santidad  webcatolicodejavier |Carmelitas


En Breve
Nació en Alençon (Francia), el año 1873. Siendo aún muy joven, ingresó en el monasterio de carmelitas de Lisieux, ejerciéndose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y de obra, en las novicias. Murió el día 30 de septiembre del año 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. Es patrona de las misiones y doctora de la Iglesia. 

Benedicto XVI: "Queridos hermanos y hermanas: Me detengo hoy en la figura de santa Teresita del Niño Jesús, monja carmelita que vivió apenas veinticuatro años, al final del siglo diecinueve. Una vida escondida que ha tenido una relevancia crucial en la historia de la espiritualidad de la Iglesia contemporánea, hasta el punto de ser declarada patrona de las misiones por el Papa Pío once, y doctora de la Iglesia por el venerable Juan Pablo segundo. Su mensaje se nos muestra en el libro Historia de un alma. En él, santa Teresita nos narra las etapas de una intensa y profunda historia de Amor con Jesús desde su infancia hasta su muerte. Es una obra fascinante por su sencillez y frescura. En todas sus dolencias ve la gracia del Señor que la sana y la invita a progresar en su carrera de gigante. Ella propone el hacerse pequeño como camino hacia la plenitud del Amor ofrecido por la Iglesia, por los pecadores, por los últimos. Su noche oscura, al final de la vida, es una fuerte prueba de fe que ella acepta por todos los ateos del mundo moderno. Cumpliendo su vocación de ser, en el corazón de la Iglesia, el amor, muere con las sencillas palabras "¡Dios mío, os amo!"  -Audiencia, 6-4-11

BIOGRAFIA
Santa Teresa del Niño Jesús nació en la ciudad francesa de Alençon, el 2 de enero de 1873, sus padres ejemplares eran Luis Martin y Acelia María Guerin, ambos venerables. Murió en 1897, y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó, y la proclamaría después patrona universal de las misiones. La llamó «la estrella de mi pontificado», y definió como «un huracán de gloria» el movimiento universal de afecto y devoción que acompañó a esta joven carmelita. Proclamada "Doctora de la Iglesia" por el Papa Juan Pablo II el 19 de Octubre de 1997 (Día de las misiones).

«Siempre he deseado, afirmó en su autobiografía Teresa de Lisieux, ser una santa, pero, por desgracia, siempre he constatado, cuando me he parangonado a los santos, que entre ellos y yo hay la misma diferencia que hay entre una montaña, cuya cima se pierde en el cielo, y el grano de arena pisoteado por los pies de los que pasan. En vez de desanimarme, me he dicho: el buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables, por eso puedo, a pesar de mi pequeñez, aspirar a la santidad; llegar a ser más grande me es imposible, he de soportarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones; sin embargo, quiero buscar el medio de ir al Cielo por un camino bien derecho, muy breve, un pequeño camino completamente nuevo. Quisiera yo también encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección».

Teresa era la última de cinco hermanas - había tenido dos hermanos más, pero ambos habían fallecido - Tuvo una infancia muy feliz. Sentía gran admiración por sus padres: «No podría explicar lo mucho que amaba a papá, decía Teresa, todo en él me suscitaba admiración».

Cuando sólo tenía cinco años, su madre murió, y se truncó bruscamente su felicidad de la infancia. Desde entonces, pesaría sobre ella una continua sombra de tristeza, a pesar de que la vida familiar siguió transcurriendo con mucho amor. Es educada por sus hermanas, especialmente por la segunda; y por su gran padre, quien supo inculcar una ternura materna y paterna a la vez.

Con él aprendió a amar la naturaleza, a rezar y a amar y socorrer a los pobres. Cuando tenía nueve años, su hermana, que era para ella «su segunda mamá», entró como carmelita en el monasterio de la ciudad. Nuevamente Teresa sufrió mucho, pero, en su sufrimiento, adquirió la certeza de que ella también estaba llamada al Carmelo.

Teresita niñaDurante su infancia siempre destacó por su gran capacidad para ser «especialmente» consecuente entre las cosas que creía o afirmaba y las decisiones que tomaba en la vida, en cualquier campo. Por ejemplo, si su padre desde lo alto de una escalera le decía: «Apártate, porque si me caigo te aplasto», ella se arrimaba a la escalera porque así, «si mi papá muere no tendré el dolor de verlo morir, sino que moriré con él»; o cuando se preparaba para la confesión, se preguntaba si «debía decir al sacerdote que lo amaba con todo el corazón, puesto que iba a hablar con el Señor, en la persona de él».

Cuando sólo tenía quince años, estaba convencida de su vocación: quería ir al Carmelo. Pero al ser menor de edad no se lo permitían. Entonces decidió peregrinar a Roma y pedírselo allí al Papa. Le rogó que le diera permiso para entrar en el Carmelo; el le dijo: «Entraréis, si Dios lo quiere. Tenía ‹dice Teresa‹ una expresión tan penetrante y convincente que se me grabó en el corazón».

En el Carmelo vivió dos misterios: la infancia de Jesús y su pasión. Por ello, solicitó llamarse sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. Se ofreció a Dios como su instrumento. Trataba de renunciar a imaginar y pretender que la vida cristiana consistiera en una serie de grandes empresas, y de recorrer de buena gana y con buen ánimo «el camino del niño que se duerme sin miedo en los brazos de su padre».

Padre de Sta. Teresita
Padres de Sta. Teresita
Beatos Luis Martin y
 Zeli (Acelia) María Guerin

A los 23 años enfermó de tuberculosis; murió un año más tarde en brazos de sus hermanas del Carmelo. En los últimos tiempos, mantuvo correspondencia con dos padres misioneros, uno de ellos enviado a Canadá, y el otro a China, y les acompañó constantemente con sus oraciones. Por eso, Pío XII quiso asociarla, en 1927, a san Francisco Javier como patrona de las misiones.

Por Coro Marín, «Alfa y Omega»


ALGUNOS DE SUS DICHOS
"Siento la vocación de apóstol... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre, y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa. Pero Amado mío, ¡una sola misión no me bastaría! Quisiera anunciar al mismo tiempo el Evangelio en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas...".

El amor lo es todo
"Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto por diferentes miembros, el más necesario, el más noble de todos no le faltaba, comprendí que la Iglesia tenía un corazón, que este corazón estaba ARDIENDO DE AMOR. Comprendí que el Amor solo hacía obrar a los miembros de la Iglesia, que si el Amor llegara a apagarse, los Apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los Mártires rehusarían verter su sangre... Comprendí que EL AMOR ENCERRABA TODAS LAS VOCACIONES. QUE EL AMOR ERA TODO, QUE ABARCABA TODOS LOS TIEMPOS Y TODOS LOS LUGARES... EN UNA PALABRA, QUE ES ¡ETERNO!
(Santa Teresa del Niño Jesús, ms. autob. B 3v). Citado en el Catecismo #826 

 



Sta. Teresita de Lesieux
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Foto colorizada -Cristian Gomez

PROCLAMADA DOCTORA DE LA IGLESIA >>>
El pontífice la considera uno de los más «grandes maestros de la espiritualidad»

CIUDAD DEL VATICANO, 19 oct. 97 (ZENIT).- Eran las diez de una espléndida mañana de octubre en la plaza de San Pedro. Juan Pablo II ante unos 70 mil fieles, ante 16 cardenales y numerosos obispos, ante una delegación oficial francesa y ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, declaraba doctora de la Iglesia universal a Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, una muchacha normanda que murió a los 24 años de edad y que nunca pisó un aula universitaria. 

Con este título el pontífice reconoce que la doctrina propuesta por Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz puede ser un punto de referencia para todos los cristianos del mundo no sólo porque se adecua perfectamente a la verdad, sino también porque ofrece nueva luz sobre los misterios de la fe. En la homilía, Juan Pablo II explicó por qué una joven santa carmelita, fallecida a los 24 años, que no estudio teología sistemáticamente, compartirá a partir de hoy el prestigioso reconocimiento reservado a hombres de la estatura intelectual de santo Tomás de Aquino, san León Magno o san Juan de la Cruz. «Entre los “doctores de la Iglesia" –aclaró el Papa–, Teresa del Niño Jesús es la más joven, pero su ardiente itinerario espiritual muestra gran madurez y las intuiciones de la fe expresadas en sus escritos son tan amplias y profundas que le merecen figurar entre los grandes maestros de la espiritualidad».

A continuación el obispo de Roma explicó la importancia del mensaje de Teresa para la sociedad de que se propone cruzar el umbral del tercer milenio: «En una cultura racionalista y demasiado a menudo invadida por un materialismo práctico ella opone con una sencillez que desarma "la pequeña vía" que conduce al secreto de toda existencia: el Amor divino que envuelve y penetra toda la aventura humana». 

«En un tiempo como el nuestro, caracterizado por la cultura de lo efímero y del hedonismo, esta nueva Doctora de la Iglesia se muestra dotada de una singular eficacia para esclarecer el espíritu y el corazón de los que tienen sed de verdad y de amor». Santa Teresa de Lisieux, penetrando en el espíritu del Evangelio y la pasión de la reformadora del Carmelo, santa Teresa de Avila, profundizó la mística centrada en el amor, que ella llamó la «pequeña vía de la infancia espiritual», experiencia íntima que recogió en su libro «Historia de un alma», traducido a 50 idiomas. Sus escritos aportan, entre otras cosas, la experiencia espiritual de los dos últimos años de su vida, debatidos en medio de la enfermedad que la llevó a la tumba, en la que no faltó la prueba de la duda y de la crisis de fe.

Canonizada en 1925 por Pío XI, este mismo Papa la proclamó, junto con san Francisco Javier, patrona universal de las misiones, pese a que durante su vida religiosa jamás franqueó los muros de su convento de Lisieux, aunque deseó ardientemente ser misionera. Juan Pablo II, que anunció la declaración de santa Teresa de Lisieux como Doctora de la Iglesia durante las Jornadas Mundiales de la Juventud del pasado mes de agosto en París, propone también a Teresita como patrona de los jóvenes. Ante miles de adolescentes de la Acción Católica italiana, el Santo Padre explicó el 18 de octubre que Santa Teresa de Lisieux fue una religiosa de clausura excepcional, pero que igualmente hubiera sido una buena joven de Acción Católica ZE971019-1


Santa Teresita de Lesieux y Basílica
Foto de Santa Teresita sobrepuesta a la Basílica de Lisieux construida en su honor,
donde están sus restos mortales.

TERESA DE LISIEUX, UN EJEMPLO PARA LOS JOVENES DE HOY
Juan Pablo II se adentra en el seductor legado místico de la nueva doctora de la Iglesia 

CIUDAD DEL VATICANO, 20 oct. 97 (ZENIT).- Se podría decir que santa Teresa de Lisieux está batiendo todos los récords: primero fue proclamada patrona de las misiones (junto a san Francisco Javier), ayer fue declarada Doctora de la Iglesia, y hoy el Papa habló de ella como una especie de patrona de la juventud. De echo, no es casualidad que el pontífice diera la noticia de su doctorado durante las Jornadas Mundiales de la Juventud de París. 

«Creo que los jóvenes pueden encontrar efectivamente en ella una auténtica inspiradora para guiarles en la fe y en la vida eclesial, en una época en la que el camino puede estar lleno de pruebas y dudas», explicó el Santo Padre al recibir en audiencia a los peregrinos que habían venido a Roma para participar en la proclamación de la tercer mujer como doctora de la Iglesia universal «Teresa experimentó diferentes pruebas, pero recibió la fuerza para permanecer fiel y confiada». 

Karol Wojtyla sabe muy bien que las rosas con que se suele simbolizar la vida y el testimonio de la santa normanda están llenas de espinas. Teresa Martín experimentó eso que los místicos llaman «la noche de la fe», es decir, las dudas, el abandono total, la tentación de la desesperación. Por ello, explicó Juan Pablo II ella ahora «sostiene a sus hermanos y hermanas en todos los caminos del mundo». 

Los tremendos sufrimientos y dudas de esta muchacha aparecen la edición de las obras completas (1.600 páginas) de santa Teresa del Niño Jesús que acaba de editar la Librería Editora Vaticana. En esta magna obra editorial se recogen las tremendas palabras, pronunciadas el 30 de septiembre de 1897, poco antes de morir, minada por la tisis: «No puedo respirar, no puedo morir, no sabré nunca morir… sí, Dios mío, sí…».

Hablando en castellano, el Papa resumió lo esencial de la aportación mística de Teresa. Lo hizo como si contara la trama de una película, con frases breves y directas. De hecho, la mística ha sido siempre la pasión de Juan Pablo II que hizo su tesis doctoral en teología sobre san Juan de la Cruz. «Partiendo del amor que la une a Cristo, comienza a identificarse con la Bien amada del Cantar de los Cantares: "llévame en pos de ti" —explicó el Papa—. Después comprende que, con ella, el Señor atrae la multitud de los hombres, puesto que su alma tiene un inmenso amor por ellos. "Todas las almas a quienes ama son arrastradas a seguirla". Con una maravillosa audacia y finura espiritual, Teresa se apropia de las palabras de Jesús después de la Cena, para decir que también ella entra a formar parte del gran movimiento por el que el Señor atrae a todos los hombres y los conduce al Padre: "Vuestras palabras, ¡oh Jesús!, son , por lo tanto, mías y puedo servirme de ellas para atraer sobre las almas, que están unidas a mí, los favores del Padre celeste"».
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EL CARD. MOREIRA NEVES, "POSTULADOR" DEL DOCTORADO DE TERESA
El presidente de los obispos de Brasil explica la garra del mensaje de la santa normanda

PARIS, 20 oct. 97 (ZENIT).- 

El gran «postulador» de la proclamación de santa Teresa de Lisieux como doctora de la Iglesia ha sido el cardenal Lucas Moreira Neves, presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil y arzobispo de Salvador de Bahía. Así lo ha confesado al diario parisino «La Croix», en una entrevista.

«Hice todo lo que he podido para que el Santo Padre tomara esta decisión. De hecho, había escrito al Papa en 1993 —haciéndome portavoz de los trescientos obispos brasileños—, con el objetivo de pedir que Teresa del Niños Jesús y de la Santa Faz sea proclamada «doctora del amor», con el objetivo de que los cristianos del nuevo milenio se acerquen a ese amor como a un manantial». 

El cardenal Moreria Neves —quien asegura que «sus escritos me acompañan a todos los sitios»—, aclara que el testamento de Teresa «no es una doctrina académica, sino una doctrina de vida, una doctrina espiritual, un regreso al Evangelio».

Al purpurado brasileño le llegó el «flechazo» por Teresita en un viaje que hizo a Lisieux en el cincuentenario de su muerte (1947). «Pude hablar con Céline y Pauline, las hermanas de Teresa. Aunque viva cien años no podré olvidar aquella media hora de intercambio profundo. Poco después, me enviaron un mensaje en el que me decían que confiaban mi ministerio futuro a "la santa más grande de los tiempos modernos", según la expresión del Pío X». El cardenal de San Salvador de Bahía, que en estos momentos está construyendo una «ciudad» para los niños de la calle, recuerda las palabras del Papa sucesivo, Pío XI, quien dijo que Teresa es «una palabra de Dios dirigida a nuestro siglo», a pesar de que este pontífice se opuso a su doctorado, objetando que era una mujer… Moreira Neves resume así el testamento de Teresa: «Su camino de confianza y de amor es una puerta abierta a una revolución divina que revela esta verdad fundamental: Dios es nuestro padre y nosotros somos sus hijos… Una mujer que habla de pequeñez y de infancia en un mundo borracho de grandeza y de poder; una monja que clama la esperanza, el amor, la gratitud, lo absoluto, en un mundo desengañado e incrédulo».
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English
"Love proves itself by deeds, so how am I to show my love? Great deeds are forbidden me. The only way I can prove my love is by scattering flowers and these flowers are every little sacrifice, every glance and word, and the doing of the least actions for love."  St. Therese of Lisieux
 


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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen
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